Olvídense de Lord Ferrari, el problema es otro y es horrible
De nuestros corresponsales ayer, parafraseo y resumo:
Las colombianas Dayana Sánchez García y Tatiana Guzmán García, muertas a consecuencia del incendio de un Ferrari Spider en la Autopista del Sol, llegaron, en Guerrero, a un hospital que tiene un área especializada para la atención de víctimas de quemaduras, pero que en realidad nunca ha funcionado por falta de recursos.
Carlos de la Peña Pintos, titular de la Secretaría de Salud del gobierno estatal, reconoció que el área de quemados del Hospital General Raymundo Abarca Alarcón nunca ha funcionado, entre otras cosas por falta de personal, pero aclara que las víctimas de quemaduras no son ignoradas, pues cuando hay casos se les canaliza a Ciudad de México.
El hospital Raymundo Abarca Alarcón fue inaugurado en marzo de 2012, durante la administración gubernamental de Ángel Aguirre Rivero. En ese tiempo, el ex secretario de Salud Lázaro Mazón Alonso anunció la existencia de un área específica para la atención de víctimas de quemaduras, lo que representaba un “plus” importante para dicho nosocomio.
“La verdad es que esa área de quemados desde que se construyó el hospital no se terminó; se tenían algunos equipos, pero el área de quemados tiene un alto costo y las autoridades pasadas no hicieron algo para ponerlas a funcionar”, destacó. Comentó que, en 2015, “cuando comenzó la administración actual, encabezada por Héctor Astudillo Flores, se revisó el área y se la encontró inoperante, por lo que se necesita realizar un estudio profundo para determinar el costo real que tiene su puesta en marcha”.
El funcionario aclaró que el gobierno actual no desatiende a las víctimas de quemaduras, cuando hay casos que lo ameritan se les canaliza a Ciudad de México.
En el caso de niños, indicó que se tiene buena relación con algunos institutos pediátricos que dan el apoyo a las autoridades de Guerrero.
Para estar en condiciones de abrir el área que actualmente no se utiliza en el Hospital General de Chilpancingo, dijo que lo más correcto es realizar un diagnóstico del costo que tiene adquirir el equipo, los insumos y el acondicionamiento y el personal.
Tatiana y Dayana enfrentaron una situación extrema, pues presentaban quemaduras de tercer grado en 90 por ciento de sus cuerpos.
Pero, de cualquier modo, en Guerrero no hubieran podido ser atendidas.
Con todo que, imagino, alguien, hace algunos años, seguro hasta inauguró el área.