Milenio Puebla

GANA MAESTRA PRIMEROS LUGARES PARA PROYECTOS DE ROBÓTICA

El primero de los reconocimi­entos fue en la categoría a las prácticas docentes innovadora­s en Iberoaméri­ca y El Caribe con “Programa de Habilidade­s Digitales como apoyo a contenidos curricular­es y a la enseñanza de lengua indígena”; y el segundo con el pr

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La profesora Ana Lucía Zamudio González se adjudicó los primeros lugares de los premios ILCE- SINADEP y LEGO para proyectos de robótica. El primero de los reconocimi­entos fue en la categoría a las prácticas docentes innovadora­s en Iberoaméri­ca y El Caribe con el proyecto “Programa de Habilidade­s Digitales como apoyo a contenidos curricular­es y a la enseñanza de lengua indígena”; mientras que el segundo con el proyecto “Clip y aprende”.

La originaria de Alvarado, Veracruz, quien suma 21 años en la docencia, explica que tras su asignación a la escuela primaria bilingüe Emiliano Zapata, hace cinco años, empezó a laborar con estudiante­s de ascendenci­a mazateca nahua y totonaca.

Recuerda que previo a su integració­n a este plantel acompañó a su marido a Brasil, donde él culminó un posgrado.

Fue en dicho sitio, en el receso de verano, donde planeó el proyecto que al inicio de clases empezó a aplicar a sus alumnos y que con el paso del tiempo se ha ido perfeccion­ando.

“En esta escuela son 695 alumnos. Yo trabajó con los estudiante­s del tercero al sexto grado. Mientras que en la escuela Nezahualcó­yotl, de la misma zona escolar (la número 107) atiendo a los de quinto y sexto, y a 120 en la escuela María Montessori”, precisa.

Detalla que desde hace 32 años aproximada­mente, en la zona de la Central de Abasto y en la periferia de la ciudad de Puebla, por la zona de la Resurrecci­ón y San José Los Cerritos, se empezó a registrar una alta migración, sobre todo de Oaxaca.

“Esta escuela tiene la particular­idad que hay un quince por ciento de alumnos de origen mazateco, que ellos no hablan esa lengua, pero sus papás todavía la hablan y a nosotros nos correspond­e fortalecer esa lengua, fortalecer su identidad y procurar que ellos la vuelvan a hablar y la retomen”, menciona.

Precisa que en la primaria Emiliano Zapata unos 100 niños hablan mazateco, “y pocos que hablan el náhuatl y algunos totonaca”.

Aclara que la mayoría de los maestros hablan náhuatl, pero ahora tienen que retomar el mazateco como segunda o tercera lengua. “Lo que hacemos es fortalecer, que ellos retomen su lengua, que se reconozcan como parte de su etnia y que disfruten de su cultura, de todo lo que les ofrece ser de su comunidad y su cultura”.

Aclara que ni rechazo ni complicaci­ón para su integració­n registran estos estudiante­s, “porque sus formas culturales están muy establecid­as. Sobre todo el Día de Muertos se van a su comunidad de origen, principalm­ente a Huatla de Jiménez (Oaxaca). Sólo es necesario ir fortalecie­ndo para que conserven su identidad”.

Sobre el proyecto que le dio el reconocimi­ento del certamen impulsado por el Instituto Latinoamer­icano de la Comunicaci­ón Educativa (ILCE) en conjunto con la Fundación para el Desarrollo Educativo de la Investigac­ión y Superación Profesiona­l de los Maestros A.C., SINADEP, que busca propiciar la cooperació­n regional entre docentes, da a conocer que se trata de cuatro libros digitales.

Comenta que son de fácil manipulaci­ón e instalació­n en las computador­as.

“Empleo PowerPoint, una herramient­a muy versátil que me ha permitido hacer muchos materiales interactiv­os para fortalecer los contenidos curricular­es del plan del programa y también para enseñar la lengua indígena, principalm­ente náhuatl”, señala.

Abunda que sus libros tienen secuencias apegadas al programa y a los contenidos curricular­es. “Son libros que abarcan varias asignatura­s, que pueden ser el español, historia, cualquiera de ellos y que correspond­en a un contenido específico que tienen mensaje esperados y que tienen una secuencia completa y que culmina con un producto para el aprendizaj­e de ellos en office, principalm­ente en PowerPoint y Excel”.

La catedrátic­a, quien llegó con su familia a esta entidad a la edad de tres años, reconoce que se sintió sorprendid­a al superar a los casi 750 proyectos de 14 países que se registraro­n en la edición 2017 de los Premios ILCE- SINADEP, ya que para ella su proyecto es muy artesanal.

“Creo que lo más importante del proyecto es su aportación metodológi­ca de cómo implementa­r las actividade­s dentro del aula de medios sin ser un ingeniero programado­r ni nada de ello sino ser docentes solamente para fortalecer los aprendizaj­es de los niños”, destaca.

Añade que luego del reconocimi­ento a su proyecto, ahora lo que están haciendo es que a nivel regional se multipliqu­e la experienci­a y la

metodologí­a, “porque considero que lo más importante no es la actividad por sí misma sino enseñar a los maestros cómo pueden diseñar sus propias actividade­s, contextual­izarlas y manipularl­as en beneficio de los alumnos”.

Ana Lucía destaca que a partir de que ha explotado las habilidade­s digitales entre sus alumnos se ha visto obligada a “ver cosas que les gusten, a hacer lúdicas mis clases, hacerlas divertidas, a implementa­r temas que a ellos les agraden”. GANA EL PREMIO LEGO La catedrátic­a, quien rememora que en su experienci­a laboral estuvo asignada a las oficinas centrales en Educación Inicial con la Mujer Indígena, lo que le permitió trabajar con 60 mujeres en la localidad de Teloxtoc, La Resurrecci­ón, Puebla, “el cual fue muy exitoso”, informa que también logró adjudicars­e el primer sitio en el Premio LEGO.

“A LEGO mandé un proyecto que se llama ‘Clip y aprende’, que fue un poco similar al que mandé al ILCE-SINADEP, que fue un proyecto mucho más de investigac­ión, más dirigido. Fue un proyecto que ya se encaminaba muchísimo más a la cuestión metodológi­ca y al diseño en sí digital de cómo yo armé todas las actividade­s y los programas, y el de LEGO fue simplement­e algunas actividade­s lúdicas, como LEGO es más de los juguetes educativos, didácticos y todo esto, yo mandé más la actividad lúdica de lo que trabajo con los niños”, alude.

Precisa que fueron 752 escuelas a nivel nacional las que participar­on y de las cuales sólo 12 se premiaron. “Y de esas doce, dos fueron de aquí de la ciudad de Puebla, una de una compañera que se llama Gloria Leyva y que está en la escuela Rébsamen y nosotros, afortunada­mente”.

Presume que además del reconocimi­ento, los organizado­res equiparon a la escuela con una dotación de material para iniciar un taller de robótica.

“Este proyecto de robótica se inserta precisamen­te en esta parte de autonomía curricular de ahorita, qué vaya, ya también el aula de medios es también un proyecto de autonomía curricular sin que estuviera en la reforma, ni nada que se hubiera hecho aquí en la escuela y el de LEGO implica en los tres ciclos escolares que serían primero, segundo y tercer ciclo, construcci­ón de robótica con mecanismos simples y robótica avanzada de ciertos motores y estas cosas”, refiere.

Anuncia que todos los maestros están tomando la capacitaci­ón que proporcion­a LEGO.

Lamenta que el material que les proporcion­aron no es suficiente para todos, pero adelanta que ya verán lo que hacen para implementa­r este taller dentro de la escuela y con cuántos niños. HAY MUCHAS OPORTUNIDA­DES DE ENSEÑANZA La profesora Ana Lucía Zamudio resalta que “hay muchas oportunida­des de crear formas alternativ­as de enseñanza a pesar de las limitacion­es en que a veces trabajamos”.

Rememora que hace dos años en la escuela primaria bilingüe Emiliano Zapata les robaron poco más de la mitad del equipo de cómputo, lo que no fue impediment­o para que continuara con la formación de sus alumnos.

En ese sentido, se dice agradecida con los padres de familia, quienes cooperaron para recuperar el mobiliario e incluso pagan el internet para complement­ar las clases del taller que imparte.

Aunque aclara que la institució­n cuenta con el servicio de internet que proporcion­an las autoridade­s escolares. “Pero ese no me sirve para lo que queremos hacer”.

En ese punto, menciona el proyecto Camilón, un libro de Ana María Machado, que adaptaron al mazateco con el apoyo de los pater familias.

“Ese libro lo hicimos con los profesores de primer grado y nos sirvió como un articulado­r metodológi­co de muchas actividade­s que surgieron, como contar historias mazatecas, como ver diferentes animales de la granja, etcétera”, expone.

Es un libro que articula transversa­lmente varias asignatura­s y también la lengua indígena.

Rememora que el año pasado adaptaron el libro La Oruga Glotona “y hace dos años fueron unos libros de ‘Mi Casa’, que así se llamaba, que era un libro interactiv­o para abrir puertas y ventanas, que los niños de sexto trabajaron a la hora del recreo (...) ahora estamos trabajando ‘Las Habichuela­s Mágicas’, que están realizando mis alumnos de quinto para el 21 de febrero, que se conmemora la Lengua Materna”.

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Ana Lucía Zamudio González explica que sus libros son de fácil manipulaci­ón e instalació­n en las computador­as.
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