SOLIS: TRABAJAR EN ESTE MUNDO DE HOMBRES, ES SATISFACTORIO PARA MÍ
Socorro Solís tiene diez años trabajando en restauración, su especialidad después de haber estudiado arquitectura en la UAP
De 34 años de edad, Socorro Solís tiene diez trabajando en restauración, su especialidad después de haber estudiado arquitectura en la UAP. En entrevista, relata: “Trabajar en este mundo de la restauración y ‘de hombres’, es algo totalmente satisfactorio para mí. Ha sido difícil, me he topado, por supuesto con arquitectos que me han dicho: ‘A mí, cómo mujer, no me sirves; te va a comer el trabajo, te van a comer los albañiles, la responsabilidad. Seguramente va a llegar el momento en que te vas a sentar a llorar porque no vas a poder’. Tiempo después han regresado estos arquitectos para pedirme disculpas porque superé las expectativas que ellos tenían de mí, lo cual me hizo sentir muy bien, muy orgullosa y me comprometió a seguir echándole ganas a mi trabajo”.
Acepta: “La arquitectura es una carrera muy demandante y muy noble, que engloba muchísimas cosas: hay que estar en obra, en lo administrativo, y otras cosas; y hay que hacerse un tiempo para la familia, para el trabajo y, la verdad es que sí hay que sacrificar mucho la parte personal. Pero creo que sabiéndonos organizar lo logramos todo”.
Lejos de lo que podría pensarse, revela: “En esta profesión ha ido creciendo la presencia de las mujeres. Conozco a muchísimas amigas en este ámbito que, lejos de profesionistas son muy profesionales, con buenos puestos en dependencias públicas. Y la restauración es algo que se le da mucho a la mujer, a la arquitecta, a la restauradora, porque es más el detalle, algo más artístico. Estamos perfectamente ubicadas en este ramo”.
Y hace una distinción: “No es por nada pero los ingenieros son más de ‘Que quede seguro aunque no se vea bonito, aunque te pases a traer la moldura, todo el tipo de detalles’ que debemos conservar. En la Escuela de Restauración de Puebla creo que sí hay más hombres que mujeres (he tenido la oportunidad de trabajar con ellas, y las hay mucho en todos los proyectos grandes de restauración de bienes muebles), pero si hay más hombres”.
Tiempo y restauración
Socorro Solís se da un tiempo para la entrevista, viste como una mujer normal, con una elegancia discreta, pero le distingue de otras su casco y la tabla donde tiene documentos. Ha trabajado para su alma mater, para obras del gobierno estatal, y actualmente lo hace en un edificio del Centro Histórico donde laboran cerca de cien personas.
“La satisfacción es enorme. La responsabilidad que conlleva el trabajar en el rescate de todo el acervo histórico edificado es mucha. Hay que saber para poder hacer las cosas correctamente. Lograrlo es lo que nos da satisfacción” dice con una sonrisa.
Revela: “No soy mamá aún porque no me he dado el tiempo y no quiero dármelo aún. Estoy muy comprometida con mi trabajo: no es de lo que decidí vivir, es lo que decidí ser. Me apasiona muchísimo lo que hago, por eso estoy relegando la maternidad”.
Afirma: “La arquitectura es algo que se relaciona con un trabajo pesado pero creo que todo se puede. Hay ingenieras mecatrónicas, automotrices los límites nos los ponemos nosotras. No tenemos otra limitante que no seamos nosotras mismas”.
Finaliza visiblemente satisfecha: “Los albañiles, todos han sido muy educados conmigo. Con los propios hombres si batallan, compiten, pero con nosotras son más dóciles”.