Abstencionismo en elecciones federales, mayor al de las locales
El abstencionismo de los poblanos en elecciones federales es mayor al que se presenta en elecciones locales, ya que en el caso de los procesos comiciales intermedios, donde se renuevan diputados y senadores, la participación ciudadana apenas llega al 42 por ciento, el resto de los ciudadanos en lista nominal no emiten su sufragio.
Las estadísticas del Instituto Nacional Electoral (INE) revelan que en los últimos dos procesos electorales federales la participación ciudadana ha crecido en comparación con comicios anteriores, pero se mantiene en porcentajes más bajos que los que se han presentado en la entidad para procesos locales.
En las elecciones de 2015 votó el 41.7 por ciento de los integrantes de la lista nominal en Puebla, de 4.1 millones de electores sólo se presentaron 1.7 millones ciudadanos, es decir, casi el 58 por ciento de las personas faltaron a la jornada.
Los procesos federales en los que los poblanos menos se han interesado son los intermedios, la jornada que se efectuó en 2009 alcanzó una participación de 38 por ciento; mientras que en el proceso de renovación del Congreso de la Unión, en 2003, tuvo una concurrencia de 37.66 por ciento de ciudadanos que acudieron a las urnas, esto implica un abstencionismo superior al 60 por ciento.
Estas cifras representan un mayor abstencionismo si se compara con los resultados obtenidos en la elección local de 2016, en la que se renovó gobernador, y en la de 2013, cuando hubo cambios en alcaldías y diputaciones, en ambas se registraron porcentajes de participación de 44.8 y 58 por ciento, respectivamente. Mientras que en las elecciones de 2007 y 2001, para votar legisladores y presidentes municipales, acudieron a las urnas 51 y 52 por ciento de los poblanos, el abstencionismo es menor al 50 por ciento.
En tanto, los poblanos registraron el número más alto en participación en la elección federal del 2012, cuando sufragaron el 63.31 por ciento de los ciudadanos para elegir a Presidente de la República, sólo en esa elección se tuvo la brecha de abstencionismo más baja con el 36.69 por ciento, muy cerca a la que se presentó en el 2000, también para votar por el primer mandatario, en ese año se alcanzó un 62.55 por ciento de personas que contribuyeron en la jornada.
Para la elección del 2006, cuando se renovaron también todos los cargos federales, se alcanzó una participación de 57.65 por ciento, una cifra similar al porcentaje obtenido en la elección del 2010 en el gobierno del estado, cuando el mandatario electo alcanzó el 57 por ciento de los sufragios y el abstencionismo también rondó en el 40 por ciento.