Lula debe entregarse hoy a policía de Brasil
En atención a su investidura como ex presidente, no se usarán esposas
El juez federal Sergio Moro decretó la prisión del ex presidente brasileño Lula da Silva, condenado a 12 años de cárcel en una causa relacionada con la trama de corrupción política destapada en la petrolera estatal Petrobras, y le concedió un margen de un día para entregarse.
Moro permite en su auto que Lula se presente voluntariamente a la Policía Federal de Curitiba, en el sur del país, en un plazo máximo de 24 horas. “Al condenado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, le concedo, en atención a la dignidad del cargo que ocupó, la oportunidad de presentarse voluntariamente a la Policía Federal en Curitiba hasta las 17:00 (hora local, 20.00 GMT), del día 06/04/2018, cuando deberá ser cumplido el mandato de prisión”, señaló Moro en su decisión.
La resolución de Moro se anuncia menos de un día después de que la Supremo Tribunal negara el ex mandatario izquierdista (2003-2010) un habeascorpus para evitar su prisión antes de agotar todas las apelaciones en instancias superiores.
El abogado de Lula, Cristiano Zanin, argumentó, en declaraciones al diario FolhadeSaoPaulo, que la decisión de decretar su arresto y posterior ingreso en prisión es “arbitraria” y contraria a la legislación brasileña ya que, a su juicio, aún no se han agotado todos los recursos en segunda instancia.
Moro, encargado de las investigaciones del caso Petrobras’ en primera instancia, condenó el año pasado al ex mandatario a nueve años de cárcel por corrupción pasiva y lavado dinero, una pena que fue ratificada y ampliada en enero pasado por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región, con sede en la ciudad de Porto Alegre.
El juez Moro detalló en su orden de ingreso en prisión para Lula que el ex presidente brasileño será recluido en una celda especial y aislado de otros presos por seguridad.
En razón a la dignidad del cargo ocupado, fue previamente preparada una sala reservada, una especie de Sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la cual el ex presidente estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad moral o física”, según el mandato del magistrado.
La decisión evita que el político más carismático de Brasil y actual líder en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de octubre sea conducido a un presidio común en Curitiba como otros condenados por la corrup- Las autoridades y la defensa pactarán las condiciones de su ingreso al penal Estará en una celda especial, sin contacto con otros políticos presos y criminales comunes ción en la paraestatal Petrobras.
El juez también decidió que los detalles de la entrega sean acordados por la defensa del ex presidente y los responsables de la Policía Federal en Curitiba y que no se utilicen esposas para detenerlo.
Según versiones de prensa, la Policía Federal ya venía preparando la celda en que será recluido Lula, donde se evitará el contacto con el ex presidente de la constructora OAS Leo Pinheiro y con su ex ministro de Hacienda Antonio Palocci, dos de los condenados que le han salpicado en delitos de corrupción en las delaciones que negociaron con la Fiscalía.
El Partido de los Trabajadores (PT), que el ex mandatario fundó en los años de 1980, convocó a una “movilización general” contra su detención. Lula recibió el respaldo de su círculo de confianza en la sede de su instituto, en Sao Paulo, en una reunión para trazar su futuro y el del PT.
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, se reunió con Lula y aseguró que estaba “bien, sereno, con la consciencia tranquila de los inocentes”.
Imputado en otros seis procesos judiciales, el ex mandatario niega las acusaciones y las considera parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder después de dejar el cargo en 2010 como el presidente más popular de la historia reciente de Brasil.