Bancos piden a Toshiba vender unidad de chips
La compañía sufrió en 2016 un desplome en su capital accionario tras una amortización en su operación nuclear en EU
Los mayores acreedores de Toshiba instaron a la compañía a seguir adelante con la venta por 2 billones de yenes de su cotizada unidad de chips de memoria, a pesar de los cálculos de un accionista activista de que el negocio tiene un valor de más del doble de esa cifra, dijeron banqueros cercanos a la situación.
La creciente presión de los principales bancos de Toshiba se produce cuando Bain Capital —la firma estadunidense que encabeza el consorcio detrás del acuerdo de capital privado más grande de Japón— entra a su segunda semana sin recibir la aprobación regulatoria de las autoridades antimonopolio de China.
Bajo los términos de la venta, Toshiba es libre de volver a negociar el arreglo o cancelarlo totalmente si no se obtiene la aprobación regulatoria para el 31 de marzo. Ejecutivos y asesores de algunos de los mayores acreedores de Toshiba dijeron que sus bancos le señalaban firmemente a Toshiba que no quieren que se deshaga el acuerdo de Bain.
Las personas involucradas directamente con el acuerdo le dijeron al FinancialTimes el mes pasado que Toshiba no tiene planes de renegociar y que simplemente su acuerdo con Bain se iba a prorrogar de manera indefinida. Esa postura se confirmó formalmente la semana pasada cuando el nuevo presidente de Toshiba, Nobuaki Kurumatani, le dijo a los periodistas que Toshiba “mantendría nuestra posición y esperaría (la aprobación regulatoria) a menos de que se den cambios severos en la situación”.
Sin embargo, tras bambalinas, la compañía sondea el tema con sus mayores inversionistas a través de una gira internacional de los principales titulares a fines de marzo. Desde principios de este año, Argyle Street Management, con sede en Hong Kong, que posee menos de 1 por ciento de las acciones de Toshiba, encabeza un esfuerzo para convencer a la empresa japonesa de aprovechar la oportunidad de la lentitud de los reguladores chinos y exija que Bain pague más por el negocio, o cancelar la venta y sacar el negocio a bolsa a través de una oferta pública inicial.
Argyle argumenta que Toshiba tuvo que vender, en parte bajo la fuerte presión de sus principales acreedores, y en consecuencia no logró obtener el mejor precio. En un sitio web que lanzó el accionista activista el viernes pasado, Argyle dijo que contrató a un analista de terceros quien
Bain Capital entra a
la segunda semana sin recibir la aprobación de reguladores chinos
Argyle Street
Management pugna por mayor pago o cancelar e ir a la bolsa concluyó que la valoración para Toshiba Memory, el segundo mayor productor de memorias flash NAND del mundo, es de entre 3.3 billones y 4.4 billones de yenes (de 30 mil a 40 mil millones de dólares).
La venta de Toshiba Memory Business, que se firmó en septiembre del año pasado, la consideraron los principales bancos, entre los que se encuentran Sumitomo Mitsui Trust Bank, Mizuho Bank y Sumitomo Mitsui Banking Corporation, como la solución más efectiva a los problemas financieros de la compañía. A fines de 2016, la empresa sufrió un desplome en su capital accionario después de una enorme amortización en su operación nuclear en EU, un golpe que en un momento amenazó a uno de los nombres más famosos del sector industrial de Japón con su exclusión de la Bolsa de Tokio.