LA BELLEZA EN LA MÚSICA CLÁSICA
Los tiempos en que los intérpretes y directores de música clásica tenían el pelito canoso, vestían de frac y tocaban con rostro tenebroso se están quedando atrás. Una nueva generación de músicos de ambos sexos imprimen un toque novedoso y seductor a este género que jamás pasará de moda Stjepan Hauser
Este croata de 31 años es talentoso, innovador y sexy. Verlo en vivo o en videos de YouTube es como presenciar porno musical en modo clásico, lo cual saben sus fanáticas, quienes atiborran las salas de conciertos para ver y escuchar a este hermoso hombre que además de ser solista, toca en el dueto 2Cellos, con Luka Šulic (otro músico que también destaca por su apostura), proyecto con el que pasaron de tocar a Bach en iglesias a reinterpretar lo mismo a Beethoven que a Led Zeppelin y Queen.
Alina Pogostkina
La violinista ruso-alemana nacida en 1983 tiene carita de muñeca, sale a escena con unos escotazos de infarto… pero también ha tocado con las mejores orquestas del mundo y utiliza un Stradivarius Sasserno de 1717. Su mano izquierda es fabulosa, al igual que su interpretación del “Concierto nº1 en sol menor, op. 26 para violín y orquesta”, de Max Bruch.
Hélène Grimaud
A los 13 años de edad, la pianista francesa ganó el premio del Conservatorio de París y no se ha detenido. Hoy en día, con 48 años en su haber, ya no toca en jeans y chamarra de cuero, pero sigue viéndose igual de hermosa cuando posa sus delicados dedos en el piano. Sobre la música clásica, ha dicho: "No me gusta verla como algo bonito, elegante, refinado y a lo que se saca brillo; me gusta porque te hace aceptar riesgos, porque implica aventura, emoción e instinto”.
Khatia Buniatishvili
Nacida en el país soberano de Georgia, tiene un rostro sensual que la acerca a las más hermosas estrellas italianas de cine, junto con unas curvas que destacan cuando se sienta al piano. A sus treinta años de edad ha grabado varios discos, siendo sus compositores favoritos Liszt y Chopin. Afirma que su técnica no es una cuestión de músculo: “En ella influye también la agilidad, la rapidez, del cerebro, además de eso que llamamos alma”.
David Garrett
Es hijo de un profesor de violín y una bailarina. Es modelo de revistas y pasarelas. Lo han considerado el David Beckham de la música clásica. Es guapo a rabiar, con un estilo roquero y rebelde que se ha convertido en su sello. Pero no solo eso: el LibroGu in ness delos Récords lo señaló, en 2008, como el violinista más rápido del mundo, capaz de tocar “El vuelo del moscardón”, de Rimski-Kórsakov, lo más rápido que haya sido posible y sin errores. Lo suyo, lo suyo, son Mozart y Paganini.
Andreas Ottensamer
El clarinetista principal de la Orquesta Filarmónica de Berlín es un austriaco de 29 años que tiene todo para destacar: ha ganado diversos premios, ha tocado en ensambles pero también es solista, tiene entusiasmo y fuego al tocar, además de su galanura de modelo, que suele aderezar con movimientos corporales que encienden a la audiencia. Para él, su aspecto físico es un plus que puede acercar a más personas a la música clásica.
Y EL DIRECTOR: Bruno Axel
Este treinañero es el director de orquesta más guapo que hay, aunque afirma que su belleza le ha cerrado puertas. El mundo de la moda se las ha abierto y ahora mezcla posibilidades. Nacido en Granada, afirma: “Poco a poco el arte de inventar parece que me ha creado un estilo… con influencias que van desde Bach, mi principal mentor, hasta Pink Floyd, Hendrix, Erick Satie o Paco de Lucía”.