Apu y LospiratasdelCaribe
Seamos honestos. En privado, con las personas a quien más confianza les tenemos, ¿realmente somos tan políticamente correctos como ahora lo debemos ser en la vida pública (eso incluye redes sociales)?
Honestamente, no lo creo en la mayoría de los casos, pero sí hay un par de cosas que están pasando en el entretenimiento que quizás hagan que por primera vez mucha gente tenga esta conversación en términos prácticos. Entendiendo el lado de la otra persona. Sin pensar que todo está diseñado para controlarnos (que en muchos extremos lo está). Una tiene que ver con Los piratas del
Caribe. Y tiene que ver con el juego que inspiró a las películas, no al revés. Ha tenido algunas remodelaciones a través de los años, el agregar la figura de Johnny Depp y perfeccionar los animatronics y efectos, la verdad es que este clásico de los parques en Disney se ha mantenido muy similar, a propósito, durante todos los años que yo puedo recordar. Definitivamente finales de los 70.
Y luego llegó #MeToo. Ayer, estando en el parque para un evento de #PixarFest (ya les contaré más, después) subí nuevamente a Los piratas porque me acompañaba una amiga que jamás se había subido. Lo que vi me impactó. Era lo mismo de siempre, pero le apunté a una escena que ocurría del lado izquierdo del paseo donde un hombre “vendía mujeres”. Quizá para esposas. Quizá para otra cosa. Pero había una línea de ellas esperando y varios compradores. Real y ruda práctica de los auténticos piratas del pasado. Pero se lo señalé a mi amiga y le dije: “No puedo creer lo que estoy viendo”, aunque lo he visto muchas veces a través de las décadas. Ahora me parecía imposible entender que esto existiera. Por primera vez dije: “Qué extraño mensaje para darle a los niños”.
Fue una perfecta casualidad que saliendo de ahí busqué un dato que nada tenía que ver con eso, pero sí con el juego en internet, y lo primero que me topé fue con una serie de notas narrando que esa escena, que es diminuta en realidad respecto al resto del recorrido, ya no sería expuesta y que sería retirada para evitar herir susceptibilidades.
Yo no crecí pensando que era normal vender mujeres encadenadas a un barco pirata por ver el juego. Pero ahora que sé la realidad del mundo, me doy cuenta que tristemente es algo que jamás ha dejado de pasar. El tráfico de personas a escala mundial, en México, es un tema espeluznante que no se puede normalizar. No sé por qué no nos dábamos cuenta de eso en los 70, 80, 90… pero al fin Disney dijo “basta” y anunció que en menos de dos semanas, en el mantenimiento de rutina de Los piratas, desaparecerá aquella escena por completo y para siempre.
¿Saben? Muchos dicen que estamos exagerando con lo políticamente correcto. Y en muchas ocasiones así es. Pero pocos pensamos que lo que ofende a otros para nosotros no tiene implicaciones. Y así rematamos con Apu de Los
Simpson. Después de la controversia por el video del comediante Hari Kondabolu, donde acusaba que el personaje es un acto de racismo por promover los estereotipos de la gente que viene de India de esa manera. Literalmente estamos hablando de caricaturas, por definición exageran para efectos cómicos. Pero Hari no piensa que la risa siempre debe ser el objetivo final.
Y tiene razón. Hay cosas mucho más importantes. La respuesta en el capítulo de Los
Simpson a mí me pareció honesta y clara. Marge y Lisa hablando de cómo algo que hace casi 30 años era normal de pronto es políticamente incorrecto y una foto de Apu al lado. Eso no fue lo que los críticos querían oír. ¿Pero qué hacer a estas alturas? Tambien borrar a los personajes.
Recuerdo que la película Peter Pan de 1953 tenía una canción donde los Niños perdidos se “iban de guerra con los indios y los iban a vender”. ¡Ya quiero ver qué pasaría si hoy en día intentan contar una historia de esa manera, con esas palabras. Lo políticamente correcto como dogma en un fundamentalismo. Pero como tema para empezar buenas conversaciones, una gran herramienta. ¿No lo creen?