POBLANOS EN BARRAQUILLA
Marcos Madrid y Alan Núñez, con preseas en los Centroamericanos
El primero en llevarse las palmas por haber obtenido el oro individual, la plata en dobles y el bronce por equipos dentro del tenis de mesa, es el jugador profesional de la Liga Francesa, Marcos Madrid Mantilla, quien no sólo hizo válido los pronósticos, sino que disfrutó a plenitud la experiencia
Puebla tuvo una presencia importante en la pasada edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, donde no sólo se tuvo participación dentro de la delegación nacional e incluso de otros países, sino también con la cosecha de medallas que pusieron en alto el orgullo nacional.
Nombres como los de Marcos Madrid y Alan Núñez, fueron los que acapararon los titulares dentro de la prensa mexicana y local por las preseas obtenidas, sin embargo, hubo también otros exponentes que a nombre de la entidad tuvieron destacadas actuaciones en sus respectivas disciplinas.
Sin duda alguna, el primero en llevarse las palmas por haber obtenido el oro individual, la plata en dobles y el bronce por equipos dentro del tenis de mesa, es el jugador profesional de la Liga Francesa, Marcos Madrid Mantilla, quien no sólo hizo válido los pronósticos, sino que disfrutó a plenitud la experiencia, ya que si bien la afrenta demandó lo mejor de él, supo imponer condiciones.
“Fue una experiencia muy dura y muy padre, como deportista tuve la suerte de vivir una vez más unos Juegos Centroamericanos, afortunadamente se dieron resultados favorables para mi carrera, para México, fue una competencia bastante difícil, porque cada vez el nivel es más fuerte, me costó mucho trabajo adaptarme a las condiciones que se estaban dando, pero al final de cuentas se dio un buen resultado, empezando por el evento por equipos que obtuvimos medalla de bronce, luego se dio el dobles que obtuvimos medalla de plata y nos supimos adaptar muy bien, al final para terminar con broche de oro, la medalla de oro en individual”.
Y es que para Marcos, esta fue la culminación de una larga temporada de trabajo, de esfuerzo diario, que si bien no se publicita tanto como unos Centroamericanos, a él deja un cúmulo de vivencias, por lo que concluyó con la satisfacción del deber cumplido una prueba más en su larga trayectoria.
“No es sólo para los Juegos, el objetivo se ponen los Juegos, pero mi preparación es en sí todos los días, yo tengo que estar de la mejor manera, ya sea para jugar un circuito mundial o en la Liga Francesa, tuve una temporada bastante larga, para terminar, tuve dos meses completos de preparación, con el objetivo para Juegos Centroamericanos, estuvo muy difícil porque tal vez no se esperaba lo que se tenía en mente para la preparación, estuvimos en China esperando estar en un club para obtener los mejores resultados posibles, llegamos y no hubo gran nivel, tuvimos algunos contratiempos, pero al final de cuentas el objetivo estaba claro y se fue dando”.
Barranquilla siempre será recordada por Marcos, no sólo por las preseas que se llevó consigo, sino porque resultó una auténtica prueba de fuego que exigió lo mejor de él, donde debió sortear toda una serie de dificultades que en nada impidieron que lograra su objetivo, pues tenía muy claro cuál era su meta.
“Muy difícil, sobre todo porque no encontraba mi nivel, nosotros estuvimos entrenando con una pelota diferente, llegamos y era otro tipo de pelota, todo cambia, los jugadores venían de Europa y traían un gran nivel, empecé muy bajo de nivel, perdí dos partidos por equipos, uno con un jugador más bajo y con el que me enfrenté en la final, poco a poco encontré ritmo, cosas positivas, la forma de mejorar y llegar hasta la final, encontrando soluciones para que me fueran a dar resultados”.
Por ahora, no hay descanso para Madrid Mantilla, ya que con el inicio de la campaña en la Liga Francesa, su mente está en entregar buenas cuentas, lo que a él servirá de preparación en su búsqueda del boleto a los Juegos Panamericanos, cuestión que sabe será un gran reto, del que confía también saldrá adelante.
Alan Núñez, recompensa a la constancia
Otro que también pudo saborear las mieles de subirse al podio de ganadores, fue el tenista, Alan Núñez, que en dupla con la capitalina, Andrea Villarreal, lograron colgarse la medalla de bronce al vencer en apretado duelo a la pareja de Guatemala, con lo que el poblano pudo cumplirse un sueño con la complicidad de su coequipera.
“Estoy muy contento por el logro, el ganar una medalla de bronce para México es especial y mucho más cuando sé que en Puebla la están disfrutando, la verdad estoy feliz porque además es una medalla ganada con mucho esfuerzo de parte de los dos”.
A decir del joven empresario en medios de comunicación deportivos, la proeza no fue nada sencilla, pues no sólo debieron convertirse en uno, sino también vencer sus miedos, imponerse a las cualidades que sus rivales les manifestaron desde el primer saque y que a la postre redituó en una batalla sin cuartel.
“Empezamos muy nerviosos, sabíamos que era un partido ganable y nos entró la presión y un poco de ansiedad por sacar los puntos rápido, lo importante fue que en el segundo set logramos regresar, empatar y encontrar nuestro nivel, ellos sabían que si llegábamos a ese punto era muy difícil ganarnos”.
Si bien el bronce que Alan sabe
a oro, el cual se resume a una competencia, a un instante, a una sola decisión, es producto de toda una vida, desde el momento en que decidió tomar una raqueta y poner todo su empeño en ello, donde los sacrificios, desvelos, triunfos, derrotas, lágrimas y sonrisas tuvieron su justo premio.
“Al final la medalla es un resultado, el hecho de estar representando a México es suficiente en el aspecto deportivo y personal, pero ya con una medalla le pones las horas de entrenamiento, los distanciamientos de la familia, desde niño te dedicas a esto y con la medalla recibes el premio a esas inversiones, estoy muy contento y dedico este triunfo a Puebla y mi familia”.
Por lo pronto, ahora su mente vuela, sabe que nuevos retos vendrán y para lo cual confía en estar de nueva cuenta listo, agradecido con la oportunidad que el equipo le brindó, pero más que nada al trabajo conjunto con Villarreal, la que será para él alguien a quien jamás podrá olvidar por lo que en su carrera como tenista ha significado.
De Valsequillo a Barranquilla
Pero los Centroamericanos de Barranquilla no se resumen únicamente a la participación de Madrid y Núñez en la contienda, ya que también hubo otros poblanos que portaron con orgullo la bandera tricolor, aunque no con los reflectores de otros tantos como el caso de los veleristas, Alejandra Hernández y Ernesto Readee.
Originarios de la entidad, dichos deportistas pasaron de la práctica del Vela Hobie 16 en Valsequillo, su sede de entrenamientos, a disputar su primer torneo de carácter internacional, lo que a decir de Alejandra Hernández resultó toda una experiencia, ya que a ellos dejó un aprendizaje del cual tratarán de sacar provecho.
“La verdad es una experiencia de vida increíble, son nuestros primeros Juegos Centroamericanos y hay mucho que aprender, los equipos contra los que competimos son muy fuertes, es una categoría de alto rendimiento y la exigencia es tremenda pero en el nivel y la competencia estuvimos a la altura”.
Si bien para ellos no hubo un metal qué presumir, el representar al país y al estado fue su máximo orgullo, lo cual sin pena alguna pregonaron a lo largo y ancho de la competencia, donde no tuvieron empacho en demostrar su amor y cariño por la tierra que les dio la oportunidad de abrirse brecha en el deporte y así conquistar un sueño.
“No sé si tengo una palabra para decirte qué es lo que siento, pero de entrada seguro me siento muy orgullosa, primero, somos orgullosos poblanos y después ponerte el uniforme de México y representarlo es incomparable. Veleamos desde hace unos ocho años en este velero, empecé a hacerlo porque mi esposo lo ama, es su deporte y me fascinó, y mira, aquí estamos compitiendo por México, muy emocionados”.
Pasión que del amor en pareja trascendió al gusto por la vela, siendo Ernesto Readee el principal promotor de lo que para muchos parecía algo imposible, pero que ellos terminaron por demostrar que cuando algo se quiere lo suficiente, sólo resta trabajar para hacerlo una realidad.
“No hay mucha gente veleando en Puebla pero sí se puede hacer, ojalá y existiera un programa para desarrollarlo, nosotros entrenamos en Valsequillo y claro que podría tener un grupo de veleristas preparándose ahí, ahí se puede empezar y luego salir a regatas a Valle de Bravo para incrementar el nivel”.
Readee Hinkle reconoce que la calidad de competidores que se dieron cita en la justa centroamericana le hacen ver que siempre habrá retos grandes, de los cuales se podrá salir adelante, con el apoyo de su familia, en espera de que este primer gran paso sirva para darle promoción y difusión a lo que tanto ama.
“Las condiciones de competencia estuvieron tremendas, muy duras porque nosotros competimos en vientos cambiantes ligeros y aquí las ráfagas estaban muy fuertes, más fuertes por ejemplo que en Yucatán que es donde también entrenamos y competimos y que mira que hace viento allá, Barranquilla es un gran reto para los veleristas, a los poblanos, que sepan que hay unos seleccionados en vela y que entrenan en Valsequillo para que se promueva un poco más este deporte”, acotó.
Los otros “poblanos”
Pero no todo culmina ahí, Puebla aunque no con deportistas de nacimiento, tuvo también una participación importante, comenzando por la veracruzana, avecindada en la entidad, estudiante de la UPAEP, la nadadora Diana Luna Sánchez, que logró llevarse la plata en la modalidad de los 200 metros en el estilo mariposa, con lo que consiguió su segundo metal en dichas lides, luego de que cuatro años atrás, en su natal Veracruz, obtuvo el oro por equipos.
Al igual que Luna Sánchez, otro jarocho, pero de corazón poblano, el oriundo de Tlapacoyan, Jorge Todd, consiguió el bronce en tiro deportivo, triunfo que logró en una especialidad ajena a la suya, la doble fosa, cuestión que no fue impedimento para ver a la bandera de México ondear en lo más alto.
Curiosamente el deporte profesional, también contribuyó a que la nómina de “poblanos” se incrementara, siendo el club de beisbol, los Pericos de Puebla, el que aportó a dos de sus mejores talentos, al novato sensación, “El Salvaje” Ricky Rodríguez, así como el estelar Alberto Carreón.
Si bien ambos quedaron fuera de la lucha por las medallas a consecuencia del paso irregular de la novena tricolor, fue una experiencia que a ellos dejó algo único en sus carreras, poniendo en alto el nombre de la ciudad, misma que en ambos casos dijeron haber representado con gusto.
Así como el rey de los deportes, el futbol de la Angelópolis también tuvo presencia, tal es el caso de los Lobos BUAP, que con su nueva incorporación, José Joaquín Esquivel, formó parte del equipo mexicano que al final resultó una auténtica decepción, al quedar muy por debajo de las expectativas y completamente fuera de la posibilidad de refrendar el título que se obtuvo cuatro años antes.
Sin embargo no todo se limitó a México, ya que gracias a su doble nacionalidad, por parte de su madre, los esgrimistas poblanos de nacimiento, Fátima y Luis Viterbo Largaespada Simont, herederos de toda una tradición en la entidad, optaron por defender los colores de Nicaragua, lo que para su mala fortuna no les redituó, salvo en la experiencia vivida.
Así, Puebla contó con una participación sin lugar a dudas relevante, aunque si bien no copiosa, fructífera por los logros obtenidos por cada uno de sus representantes.