Autonomías concatenadas
Ante el conflicto que vive la UNAM —en un contexto en que la violencia campea, las causas y los responsables de ésta permanecen ignotos y una asamblea interuniversitaria pide la destitución del rector—, los secretarios de Educación y de Seguridad Pública del próximo gobierno han apelado al respeto a la autonomía universitaria, con lo que, pese a las apariencias, hacen un flaco favor a la institución.
Conquistada en 1929, la autonomía universitaria tenía por objeto —como consigna la académica de la propia UNAM María Herlinda Suárez Zozaya en un trabajo de 2010— frenar la voluntad del gobierno de “utilizar la universidad para fines políticos” e impedir que las universidades públicas devinieran “un canal importante para grupos políticos minoritarios o secundarios que aspiran a tomar el poder”: garantizar, a partir de la gestión, la libertad de cátedra y de investigación.
La defensa que los universitarios hicieron de la autonomía en 1968 sirvió para garantizar ese cariz intelectual y políticamente autónomo de la Universidad. Por desgracia, también funcionó como patente de corso a la opacidad administrativa y la impunidad legal, lo que ha redundado en la proliferación del crimen organizado, la ocupación de instalaciones por grupos con claras filiaciones políticas y la flagrante imposibilidad de impartir justicia al interior de una institución que, escudada en la vaguedad de una definición de autonomía que ya no se ajusta a los tiempos que corren, parece mantenerse al margen del Estado de derecho, en detrimento de su comunidad y en beneficio de facciones claramente políticas.
La Universidad debe ser autónoma pero repensar y calificar esa autonomía, de entrada en lo que a ese Estado de derecho toca. Difícil se ve que lo haga, sin embargo, mientras no gocemos de una fiscalía autónoma y siga siendo un órgano de gobierno —al que es y debe ser ajena— y no de Estado —del que forma parte— el que podría ayudarla a dirimir sus conflictos, a mantenerse al margen de los rejuegos de la política que hoy la secuestran.