COMEDEROS PARA PERROS DE LA CALLE
Iniciaron en Serdán y se replicarán en Puebla y Orizaba
Esta campaña de concientización “No maltrates, no abandones, esteriliza y adopta” surgió por la cantidad de cachorritos que encontramos en las calles de Ciudad Serdán, infinidad de cachorritos maltratados y desnutridos que pagan las consecuencias de una persona que no pudo ser responsable.
En esta urbe hay 21 mil habitantes; calculamos que hay cuatro o cinco perritos por cada diez personas; el conteo que tenemos ahora de perros callejeros es de 150, aproximadamente, y siguen reproduciéndose. Calculamos de acuerdo a lo que vemos cuando recorremos las calles, revela en entrevista exclusiva Luis Manuel López Roque.
Hace siete meses inició la instalación de comederos en la vía pública para perros callejeros y ahora, con el apoyo de siete personas, desde Ciudad Serdán, extenderá su campaña a las ciudades de Puebla y Orizaba. Su objetivo inmediato es llegar a otras urbes del país.
“En el estado ya hay gente interesada en Puebla capital y de Veracruz, en Orizaba, donde instalaremos los primeros comederos fuera de Ciudad Serdán, pero hay gente en Celaya, Mérida, la capital del país, Querétaro, Coahuila y Chiapas que se quiere sumar a nuestra campaña” revela.
Sus comederos son sencillos: una estructura cuadrada, de fierro, con una lona al fondo, de aproximadamente un metro por un metro. Al lado izquierdo, una botella de pet de tres litros cortada por la mitad de arriba hacia abajo, donde se depositan croquetas; al lado derecho, un tubo de PVC también de cerca de cien centímetros, con una tapa en la parte superior y un codo abajo, sirven para depositar agua
López Roque hizo los primeros artilugios él solo: “Iniciamos con tres contenedores para difundir la campaña. Posteriormente sucedió algo que nosotros llamamos ‘apadrinamiento’: diversas personas se sumaron a la causa, nos hicieron llegar recursos para poder instalar más comederos y ellos decidan si se quedaba afuera de su casa o negocio, o si era llevado a otro lugar”.
Agrega “Y ahora tenemos siete comederos. Gracias a la promoción en las redes sociales, ya hay más personas queriendo ampliar este tipo de proyecto de ayuda a los cachorritos, tanto en el estado como en el país, y con felicitaciones, por ejemplo, desde Estados Unidos”.
Los perritos, que van en grupos o solos por las calles de este municipio cercano al Citlaltépetl, miran con desconfianza a su alrededor, pero finalmente se acercan al comedero, donde ingieren las croquetas y poca o nada de agua.
“Hay que diferenciar entre las personas que tienen a sus cachorritos y los acompañan al campo: están quienes tienen cachorros para cuidar sus terrenos, pero también hay quienes tienen cachorritos porque los rescatan. Hay un refugio para esos perritos aquí, en Ciudad Serdán” detalla López Roque quien hizo una pausa en su recorrido para hablar de su campaña.
“Iniciamos está campaña hace seis o siete meses, pero entonces no teníamos la iniciativa de incorporar a los negocios, lo cual empezamos a hacer sólo hace un par de meses, porque armamos comederos de fierro, con PVC y lonas, los instalamos al azar en la ciudad, pero algunos se descompusieron y otros se los robaron”.
Los perros comen. La gente se conmueve. La comida no falta en los depósitos de Luis Manuel y sus amigos.
Pero en las barrancas, en los lotes
baldíos, en los ejidos y las zonas alejadas del centro de Chalchicomula, hay gente que abandona a los perros que alguna vez compró o aceptó para que formara parte de su familia.
Miedo y responsabilidad
En el Centro de Educación a Distancia de Ciudad Serdán, el profesor Noé Pérez Aguilar, es quien está a cargo de uno de los siete comedores comunitarios, como los llama él, instalados por Luis Manuel López Roque para “perritos callejeros”.
Explica en entrevista: “Nos pareció una muy buena idea ayudar a los perritos vulnerables, los que no tienen dueño. En la zona hay cerca de diez perritos que, sin que nos demos cuenta, se acercan y comen”.
Detalla que los ve de lejos para no asustarlos: “Procuran acercarse cuando no hay nadie, son muy tímidos, muy chiviados, no se acercan mucho al humano por el temor a que los golpeen. Tienen huellas de maltrato y algunos tienen quemaduras, golpes, heridas abiertas, pero aun así se acercan”.
Los ha observado, por eso explica: “Al día, esos diez perritos que se acercan consumen cerca de un kilo, más o menos de alimento, casi no consumen agua. Les ponemos medio litro y esa cantidad se mantiene”.
Revela: “Hay personas que han cuestionado esta clase de ayuda, creyendo que se van a formar manadas, que van a atacar y no: se han ido acercando individualmente, muy tímidos, nunca en grupos grandes”.
Reflexiona: “El miedo de las personas puede ser fundado, por algo que les haya sucedido, pero no deben tener miedo o temor, ya que esta campaña está dirigida a las personas para que adopten un perrito, lo esterilicen y no haya más proliferación de perritos callejeros. El único miedo que hay que tener es a no actuar, por eso invitamos a la población a que se integren a la campaña para hacernos responsables de lo que nosotros mismos provocamos”.
La gente puede acercarse e informarse sobre cómo y dónde adquirir un comedero, trayendo croquetas que tal vez les sobren de las que les dan a sus perros, y esterilizando a sus mascotas.
Hay gente que realmente ama a sus mascotas; no es que los niños o los adultos las quieran más. Y todos ellos son bienvenidos a colaborar”.
Lupita los ama
Doña Lupita Teutle es una mujer joven, que atiende su negocio de comida para animales cerca del Centro Escolar de Ciudad Serdán. Le acompaña su pequeño hijo, quien sale del local con una bolsa de plástico con croquetas.
El pequeño vierte el contenido de la bolsa en el comedero que su mamá instaló a la entrada del local.
Enfrente, una perrita color miel ve toda la actividad, atenta. Junto a ella, un perro negro no sólo ve: olfatea, observa todo lo que puede. Cuando Lupita y su hijo han regresado al local, dos autos han sido retirados de la calle y el ruido de una motocicleta se va alejando, la perrita se acerca.
Cerca del vertedero hay croquetas tiradas en el piso. La perrita come primero esas croquetas; después, tímidamente se acerca al contenedor y come algunas más. Es poco lo que come. Se le nota nerviosa y desconfiada. El perro negro siguió su camino, después de observar todo el movimiento y el ruido en torno al dispensario de comida y agua.
Lupita revela que hace sólo dos meses se sumó a la campaña de Luis Manuel, y comenta que ella considera que los perritos callejeros deben ser tratados con respeto y amor.
Ella es quien abastece los siete comederos de Ciudad Serdán. No dice la cantidad de comida ni lo que cuesta. Insiste en que hay que esterilizar perros (y gatos) y evitar que, los cachorros que son despreciados por las familias, o los adultos expulsados de un hogar sean maltratados.
Confiesa no saber qué tanto impacto puede tener una campaña como ésta, cuál puede ser su alcance, pero confía en que el abandono y el maltrato terminen.
En la manta que tiene su comedero para perros callejeros, se lee una frase del Dalai Lama: “Nuestro principal propósito en esta vida es ayudar a otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no les hagas daño”. Ahí, un humano y un perro se dan la mano, se dan la pata.
Abastecimiento callejero
“No maltrates, no abandones, esteriliza y adopta”, insiste Luis Manuel López Roque: “Algunos ven los comederos y no les parecen muy novedosos, pero así hay quienes sí lo valoran, sobre todo por el mensaje que difundimos. Funcionan así: quienes tienen uno a su cargo en un negocio, a la hora que abre, lo ponen cerca de su entrada y a la hora que cierra, lo quita, por seguridad del comedero. La forma en que se le surte el alimento depende tanto de quien lo cuida, como de nosotros, quienes les abastecemos, gracias a la señora Lupita Teutle, quien nos abastece, a su vez, para que los siete comederos que tenemos en Ciudad Serdán tengan alimento. Al día dejamos aproximadamente cuatro o seis kilos en cada comedero”.
Revela: “El abastecimiento lo hacemos de dos maneras: le dejamos al dueño o responsable del negocio cierta cantidad de alimento para que él, a su vez, abastezca el comedero cuando lo considere necesario, y otra forma es que nosotros pasamos en la mañana, en la tarde o en la noche para depositar el alimento. El agua, que suele ser medio litro o un litro también la ponen ellos.
Reflexiona: “El resultado en estos siete meses... Ha habido cosas buenas y cosas malas. Nos quedamos con las buenas, las que nos alimentan: hay personas que se humanizan más con este proyecto, hay personas a las que les importan los cachorritos, y sobre todo que saben que el planeta no es nada más del ser humano, sino de todos los seres vivos, y por ende debemos cuidarlo”.
Revela: “Se está sumando, se sigue sumando más gente y esperamos, si todo sale bien empezar ya la ampliación de esta campaña en el estado. Se van a poner los que se crean convenientes para concientizar a las personas, porque esto lo hacemos para que más personas se humanicen y se hagan responsables de sus cachorritos”.
Agrega: “Muchos critican la campaña porque piensan que no es la solución, que sólo la estilización lo es, por eso les hacemos entender: la ayuda es para los perritos, el mensaje es para los dueños: ‘Adopta, esteriliza’. Y es lo que pretendemos, que en las próximas campañas de esterilización, no sólo vayan unos pocos si no más personas, que se sumen para que este tipo de iniciativa de frutos, reduciendo la cantidad de cachorritos y, sobre todo el maltrato”.
Explica: “Aparte de Lupita Teutle que nos dona el alimento tenemos a otra que donó las lonas para las estructuras y hay otras que se han ido sumando con croquetas, quien hizo el diseño de las huellas de las patitas, y alguien más que limpia los comederos. Directamente trabajamos siete personas en esta campaña, indirectamente, más, y se siguen sumando a esta labor ciudadana y humanitaria”.
Finaliza: “Donde nosotros vivimos, cerca hay una barranca y nos ha tocado ver cómo las personas van a abandonar a sus cachorros, los tiran: vemos esas escenas a diario. Hay gente que se puede sumar a esta campaña con el simple hecho de difundirla. Recuerden: ‘Nuestro propósito en esta vida es ayudar a otros; si no puedes hacerlo, cuando menos no les hagas daño’”.
Hace siete meses inició la instalación de comederos en la vía pública para perros callejeros Debemos responsabilizarnos de la violencia contra perritos, explica López Roque