TRASCENDIÓ
: Que
ha fluido en excelentes términos la transición que encabeza el titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, con el futuro secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, y Alejandro Gertz Manero, asesor del próximo gobierno en ese tema.
El comisionado ha mostrado apertura y transparencia en la entrega de información, en particular la que es considerada “sensible”. Por cierto, los otros integrantes del próximo gobierno no han hecho alusión a las declaraciones de Durazo de que recibirán un país con una seguridad “en ruinas”, quizá porque comprenden la complejidad de la violencia que afecta al país.
: Que
ante el próximo cambio de gobierno, con sus sugerencias de austeridad y su propuesta de hacer política de otra manera, en las fuerzas armadas prevén que el de hoy sea probablemente el último desfile militar con las características imponentes que conocemos.
Sin embargo, está claro que entre los soldados de cielo, tierra y mar el despliegue de este año, el último que atestiguará el presidente Enrique
Peña Nieto, debe ser especialmente significativo y, sobre todo, una demostración del poderío militar al servicio del Estado.
: Que
el líder del PAN en Ciudad de México, Christian Lujano, pasó del discurso bien hilvanado al ridículo total cuando elaboraba una crítica al presidente electo, Andrés Manuel López
Obrador, a quien comparaba con un rey por la capacidad del tabasqueño de marcar la agenda política nacional.
Resulta que en los festejos por los 79 años de la fundación del PAN, don
Christian soltó esta joya: “Ahora resulta que el señor invita al papa Juan Pablo II a su toma de posesión, como si se tratara de una coronación monárquica; ese es el talante antidemocrático de López Obrador”. El chiste se cuenta solo.
: Que
los últimos gobernadores que apostaron por integrar el sur de Tamaulipas y el norte de Veracruz fueron Eugenio Hernández y Fidel Herrera, algo que no interesó a sus sucesores, Egidio Torre y Javier Duarte, y Francisco García Cabeza de Vaca y Miguel Yunes, respectivamente.
Los sectores productivos de ambos estados esperan que a partir del cambio en el gobierno federal se genere mayor apertura, al margen de las distintas ideologías políticas de los gobernadores. Es una buena forma de aprovechar la política de amor y paz impulsada por el Presidente electo para generar desarrollo regional.