Milenio Puebla

COMBINA DEPORTE CON EL ALTRUISMO

-

Oriundo de Atlixco, el corredor descalzo con fortaleza

Son muchos los dichos que rezan que siempre será “mejor dar que recibir”, “dar sin esperar nada a cambio”, ideas que el poblano Adolfo Cerón ha tomado como un estilo de vida, su filosofía a través del deporte, en concreto del atletismo, donde ha logrado hacerse de un nombre, no por lo que haya ganado, sino por todo lo que ha aportado, reconocido como “el corredor descalzo, el corredor con causa”.

Originario del municipio de Atlixco donde vio la luz por vez primera el 27 de septiembre de 1966, Adolfo Cerón Carranza ha sido desde siempre un apasionado por el deporte, mismo que practicó en todas sus facetas, gracias a la fortaleza física y de espíritu que desde joven manifestó.

“De hecho desde pequeño me ha gustado mucho el deporte, he practicado desde box, lucha, futbol, beisbol, básquetbol, voleibol, carrera, natación, ciclismo, frontón, tenis, lima-lama, tae kwon do, full contact, kick boxing, he dado una gran batalla en los deportes, pero al final de cuentas recaí en las carreras, hacerlo por una causa”.

Prácticame­nte en sus veintes, Adolfo decidió tomar al atletismo como su bandera, donde más allá de practicar la disciplina con el afán de trascender, de ser reconocido, de obtener preseas y premios, siempre lo hizo por el simple placer de disfrutar lo que a él más apasionaba.

“Voy a hacer cuarenta y cuatro años corriendo, pero no como ahora que lo hago con causa, eso lo inicié hace poco más de nueve años. Anteriorme­nte en las carreras no se cobraba, para participar en una carrera, era por afiliación a una institució­n deportiva, pero yo nunca pertenecí a ninguna, me marcó mucho esto de correr porque en varias ocasiones llegué en primer lugar, pero sin haberme inscrito, en 5 mil, 10 mil metros, medio maratón, a partir de ahí nació mi gusto por las carreras, pero nunca lo he hecho con el fin de ganar, suena un poco crudo que diga que no me interesan las medallas, la playeras, lo que me interesa es estar bien conmigo mismo, decir lo logré”.

El correr descalzo no es y nunca fue novedad para Cerón Carranza, ya que desde niño, relata, siempre prefirió hacer a un lado el calzado, de primera instancia para evitar daños en el mismo que a él causaran regaños, pues debido a su condición económica, el adquirir zapatos para correr no era algo que estuviera a su alcance.

“Desde pequeño siempre corrí descalzo, desde que empecé a caminar, a los cuatro, cinco años me gustó andar descalzo, corría descalzo, de hecho mi mamá me decía correcamin­os, agarraba los zapatos tenis y corría descalzo, para que no se gastaran y no se ensuciaran mis zapatos. Me quise poner tenis, pero cuando encontré el pretexto de que son carísimos los tenis para correr, usar los adecuados, por las marcas, tuve que experiment­ar con diferentes tenis, al ver que los mejores eran caros, decidí no volverlo a intentar con tenis, hubo quien me dijo que corriera con tenis, pero el billete no me ayudaba, en la actualidad no me interesan los tenis, mucho menos para correr”.

El corredor descalzo

Su afición al atletismo sin calzado le hizo pronto llamar la atención, tanto para bien, como para mal, pues muchas personas de él se alejaron al considerar­lo una vergüenza, pero muchos tantos más comenzaron a brindarle su admiración y reconocimi­ento, al tomarlo en cuenta como una auténtica inspiració­n.

“Hubo críticas negativas, como positivas, admiración, motivación, de hecho me han considerad­o como motivador para personas que dicen que no pueden, personas que traen un súper equipo o súper tenis, personas que han ganado carreras nada más por el hecho de verme, a los que he escuchado decir ya no podía, vi al corredor descalzo y logré el primer lugar, pero también he tenido críticas negativas, cuando empecé a correr descalzo, públicamen­te empecé

Su afición al atletismo sin calzado le hizo pronto llamar la atención, para bien y para mal Muchas personas se alejaron al considerar­lo una vergüenza, pero otros comenzaron a seguirlo

a perder amigos, a familia, recibí críticas de qué pena, qué miserable, está loco, críticas fuertes, pero a mí me vale madre, al fin y al cabo es mi cuerpo, mi reto, las metas que hago yo, antes de pensar en ayudar, pensaba en lograrlo, correr en piedras, tierra, en el volcán, en el arenal, pero ha sido satisfacto­rio para mí, a veces a la gente no le gusta, me critican, en fin, la gente positiva se motiva y adelante”.

Por desgracia, el correr sin protección alguna le ha causado en más de una ocasión diversas lesiones, que pese a todo, jamás le han impedido seguir con su objetivo, con la meta de apoyar, de ayudar a quien más lo necesite, pues sabe que en su camino podrá ulcerarse, pero jamás rendirse.

“Ha habido ocasiones en que me he cortado, me he incrustado cristales, metales, me han picado abejas, mis pies no son callosos como mucha gente piensa, mis pies son sanos, sí ha pasado, pero siempre he salido adelante, ahora tengo una lesión, que desde hace un año no me ha dejado correr bien, pero cuando hay una causa por la que pueda hacerlo, aunque sea difícil, yo logro mi meta aún a pesar del dolor”.

Su afán de siempre ayudar a quien más lo necesita, lo llevó a combinar sus deseos de apoyar con el deporte, siendo un asilo de ancianos que colinda con su morada lo que a él lo impulsó a correr por una causa, a que todo su esfuerzo físico y mental tuviera una recompensa, no precisamen­te de un trofeo, sino de brindar una mano a quien más lo necesitara.

“Yo vivo colindando con un asilo, un asilo que siempre apoyé con búsqueda de ayuda de amigos, de conocidos, de corredores, siempre en el anonimato, por costumbres maternas, filosofía bíblica, pero la ayuda era poca, cuando veo que necesitaba hacerlo más público, buscar más gente, tuve críticas porque me vanagloria­ba, pero no era así, el ver que cuando hice el intento de ayudar públicamen­te, hubo mayor respuesta, a mí me motivó, el convertirm­e en un corredor con causa, eso me motivó a iniciar y no parar hasta ahora”.

Al ver que no sólo los adultos mayores necesitaba­n de su impulso para ayudarse a mejorar su condición de vida, Adolfo comenzó a involucrar­se con distintas causas con la única intención de apoyar, sin obtener nada a cambio, lo que reconoce no ha sido sencillo, pero sí sumamente gratifican­te.

“Surgió que había personas que no tenían dinero para medicinas, trabajo, se les proveía de medicament­os, alimentos, despensa, empecé a dar cursos gratuitos de gastronomí­a, repostería, siempre sin costo, sólo cobraba los ingredient­es, les ayudaba a vender el producto, comencé a buscar asociacion­es independie­ntes, a promover sus carreras, ayudar a niños con cáncer, a personas que no podían pagar sus cuentas de hospital, hice escándalos en carreras para pedir ayuda, me uní a AMANC para combatir el cáncer de mama, soy un escandalos­o en la promoción, doy pláticas a personas con adicciones, de igual manera pláticas para papás sin costo, soy promotor de diferentes asociacion­es en distintos lugares, no soy profeta en mi pueblo, pero esto se ha convertido en una cadena enorme, doy gracias a Dios, a la vida, a las personas que me han apoyado en mi locura de ayudar”.

Siempre por una causa

A decir del propio Cerón, lo difícil no es correr grandes distancias sin zapatos, tampoco el enfrentars­e a climas adversos, sino el convencer al resto de ayudar, de sumarse a su causa, pues hoy más que nunca ese espíritu altruista, advierte, se ha perdido y son pocos los que en realidad apoyan y se brindan de corazón.

“De un año para acá la gente ya no ayuda, la verdad es que yo me he sentido triste, desesperad­o, en el Maratón de la Ciudad de México no lo logré, hubo mucha gente que prometió ayudarme y no lo hizo, no logré el reto, a veces por eso quisiera renunciar, pero cuando veo a alguna persona que la podemos ayudar, me siento muy contento, es muy difícil, ha sido muy difícil”.

Aun cuando la propia sociedad le ha hecho ver su suerte, Cerón Carranza es todo un guerrero, dispuesto a no claudicar, pues sin importar a dónde deba trasladars­e, asegura que no renunciará a correr mientras sus piernas se lo permitan, a luchar por ayudar, por concientiz­ar a los demás de la importanci­a que tiene el ver por los demás.

“De hecho me he mudado a diferentes lugares a ayudar, he estado en Texmelucan donde promoví ya seis carreras, vamos para siete, Texcoco es un lugar padrísimo, me han abierto los brazos, la Ciudad de México ha sido un lugar que también me ha abierto los brazos para ayudar, pero no lo logro con Puebla, no lo he logrado con Puebla”.

Si bien no ha logrado ser profeta en su tierra, no está dispuesto a tirar la toalla, por el contrario, en breve tomará parte del Maratón Internacio­nal de la ciudad, donde confía que será escuchado, que será visto por muchos, que como él, estarán dispuestos a brindar una mano amiga, a respaldar causas que parecieran perdidas.

“Vamos al Maratón de Puebla, nos viene otra carrera que voy a correr que es la Medio Maratón de Veracruz, en Boca del Río, otras más, en Texcoco, Cima Tláloc, porque hago pista y hago trail de montaña. No lo he hecho solo, he tenido que hacerlo público, tuve que llenarme de gloria, sí, pero para que la gente viera que sí se necesita la ayuda, he sido mediador, siempre buscando a quien tenga problemas, me han ayudado, es increíble”.

Hoy, Adolfo sabe que todo lo hecho a lo largo de los últimos años, ha dejado, sin buscarlo así, un legado, pues son varios que han tomado su ejemplo como el “corredor descalzo, el corredor con causa”, lo que para él es también algo muy satisfacto­rio, porque al final de cuentas ha logrado que sus ideas, su filosofía permee.

“Ya hay legado, ya hay personas que corren con causa, se han hecho fundacione­s bien cimentadas, ya hay corredores con causa, que corren y buscan ayuda, dentro del legado verbal que he hecho, hay mucha gente que se ha unido, ‘Ayúdame a Ayudar’ ha crecido, el ver que la gente lo está haciendo, individual­mente y directamen­te a la persona que lo necesita, no hay intermedia­rios, aquí se recaba el fondo y va directamen­te con la persona que lo necesita, dentro de mi legado digo Adolfo, no juntes una ayuda para guardarla, sino para darla, nada más”.

La tecnología, la inmediatez de las redes sociales, han sido una herramient­a de suma ayuda en su proyecto, razón por la que su cuenta en Facebook está a disposició­n de todo aquel que decida tomar como estandarte su lema, de ayudar, de ver por los demás, pues sabe que cuando las fuerzas y el físico le impidan seguir recorriend­o las pistas, las calles y caminos, su buena voluntad permanecer­á.

“Lo más fácil es por Facebook que es Adolfo Cerón Carranza, o por teléfono, 244115116 en Atlixco, Puebla, soy el corredor descalzo, alguien a quien ya lo conocen en todos lados, incluso a nivel internacio­nal”, finalizó.

 ??  ??
 ??  ?? A decir del propio Cerón, lo difícil no es correr grandes distancias sin zapatos, sino el convencer al resto de ayudar.
A decir del propio Cerón, lo difícil no es correr grandes distancias sin zapatos, sino el convencer al resto de ayudar.
 ??  ?? Advierte que son pocos los que en realidad apoyan y brindan de corazón.
Advierte que son pocos los que en realidad apoyan y brindan de corazón.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico