Vendré a vivir aquí
El gobernador Del Mazo recibió la ilustre visita del ex presidente en funciones, o como se diga, Enrique Peña Nieto, quien ofreció un breve y emotivo discurso (así se dice): “Cuando concluya mi responsabilidad no tengo duda de que mi hogar será, una vez m
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se incorporaba al plan de austeridad republicana dando pequeños sorbos de su champaña Henri Abelé en una alargada copa de flauta, ideal para las burbujas. Estaba por llegar l’ivrerie, una palabra sin traducción al español: no quiere decir borracho, pero tampoco sobrio, se trata de un estado del alma en el cual los sentidos abren la puerta de la sensibilidad. Aigoeei.
Dedicado a esos trabajos del gusto, Gamés se preguntó: ¿cuánto dinero gastó el gobierno del Estado de México en publicitar el primer informe de Alfredo del Mazo? Gil lo ignora, pero seguramente decenas y decenas de millones de pesos, el Edomex compró espacios a diestra y siniestra en todos los medios. Más hesitaciones: ¿fuera del Estado de México cuál es la importancia de las acciones de gobierno de Del Mazo Maza? Ninguna, salvo que quisiéramos saber que el gobernador inauguró una escuela en Zacazonapan.
El gobernador Del Mazo recibió la ilustre visita del ex presidente en funciones, o como se diga, Enrique Peña Nieto, quien ofreció un breve y emotivo discurso (así se dice): “Cuando concluya mi responsabilidad no tengo duda de que mi hogar será, una vez más, el Estado de México. Tendré el gusto y, señor gobernador, tenga la certeza que no causaré molestia alguna. Solo vendré a vivir aquí”. Lo que se dice un ex presidente bien portado. Nada de intrigas palaciegas, nada de Alfredito no da golpe, nada de que Toluca ha venido a menos. Al contrario, Alfredón es un gobernador de los de antes, miren lo que hizo de Toluca, la convirtió en el París de estos rumbos. En fon.
La red
Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y caviló: el primer informe del gobernador del Mazo ha sido muchas cosas a la vez: exilio y derrota de la Casa Atlacomulco; diván del analista para lo que ha quedado del PRI: siento como si estuviera destruido, doctor; mullido sillón, mju, de Peña Nieto; lugar mítico en el que la tribu de Pichardo, Chuayffet, Camacho, Montiel, Ávila et al descubrieron un águila devorando un presupuesto. Los gobernadores priistas asistieron: Murat, de Oaxaca; Moreno, de Campeche; Astudillo, de Guerrero; Velasco, de Chiapas; Mena, de Tlaxcala, lo que se llama el último PRI.
Gilga no sabía que el Estado de México tenía un bonito himno cuyo inspirado y esclarecido autor desconoce Gamés, pero nada le hace, lean este principio: “El Estado de México es / prepotente existencia moral / porción es de la prístina cuna / de la gran libertad nacional”. La “prepotente existencia moral” impresionó mucho a Gilga. Dicen los enterados que en algún momento de la celebración que siguió al solemne acto todos los presentes, incluso los ausentes, se pusieron de pie e hicieron un tremebundo coro mexica: “Y era nuestra herencia una red de agujeros”. Gamés es riguroso y ustedes lo saben, nunca da una información sin antes haberla confirmado 100 veces. Oh, sí.
La muchacha y el vestido rojo
El sexenio de Peña empezó a languidecer muy temprano, antes de las 12 del día (languidecer, gran palabra) con una frivolidad y una ostentación: la casa
blanca. El sexenio de Peña exhala el último suspiro con una ostentación y una frivolidad: Paulina Peña en la portada de la edición mexicana de la revista Hola!, templo de la fatuidad. La entrevista ocupa nueve páginas de la revista. Gil lo leyó en su periódico Reforma: en la misma revista, los editores (es un decir) le dedican siete páginas, siete páginas, leyó usted bien, al vestido rojo que usó Angélica Rivera en la ceremonia del Grito de la Independencia, en Palacio Nacional, así como a los atuendos de años anteriores. Gilga pregunta al viento, sin asomo de mala intención: ¿era necesario despedirse así?
El azar es el azar diría el clásico: la muchacha aparece en la portada de la revista mientras familiares desesperados buscan con el alma en un hilo en el tráiler de la muerte de Jalisco los restos de algún familiar. La foto de una mujer que se tapa la nariz ante el olor de la descomposición quedará fijada en el tiempo mientras la primera dama habla de su vestido rojo. Un grito desgarrador hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ay, mis hijos y mis hijas, grandes amantes de la frivolidad.
Todo es muy raro, caracho, como diría Miguel Delibes: “Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales”.