Otra historia de terror
Hace años ya que las reconocidas Ladys (una especie de prepotencia femenina ante la debilidad ajena) se hicieron populares. Mujeres escandalosas que han sido grabadas en sus plenos desmanes haciendo uso de las formas que proporcionan la actual tecnología y que han sido vistas en las redes sociales que se comparten --se viralizan-- hasta el infinito y más allá.
No tardaron en aparecer los Lords: tipos que se comportan de la misma manera. Entiendo que esas actitudes son como las de ciertos políticos, e incluso académicos, que provienen de una pobreza anímica y espiritual que ocultan a toda costa. Pero por sus acciones habrán de conocerse, dice el adagio.
El domingo anterior las redes electrónicas y luego uno que otro impreso, dieron cuenta de un ser abominable al que se le dio el mote de #LorMaestroLimpio por su aspecto físico más desagradable de lo que uno se pudiera imaginar.
Ese Lord (ni siquiera intenté averiguar su nombre o sus antecedentes) tiene una Lady a su lado, socia o pareja, y entre ambos manejan un restaurante bar en un recóndito lugar del Estado de México.
Todo esto lo estoy escribiendo ahora de acuerdo a lo que logre memorizar.
Seguí todo en el twitter, una y otra vez retuiteado y otra vez la leyenda “contiene imágenes fuertes”. El lunes 24, los programas radiofónicos que voy escuchando en mi descomunal y por lo mismo ya pasado de moda, radio de transistores que lleva años acompañándome mientras viajo al norte del país, también registraron y resaltaron el asunto.
#LorMaestroLimpio no tardó más que unas horas recluido porque el caso no se considera grave y porque pagó una fianza ridícula. ¿Pero que hizo #LorMaestroLimpio? Aquí la historia de terror tal y como llama a una de sus series un comentarista de las ondas hertz:
El pinche Lord, para no usar una expresión más corriente porque no va con mi alcurnia innata, tiene de compañera (no sé si sentimental o no) a una mujer que también debería ser la #LadyCompliceDeLordMaestroLimpio.
¿Conoce el lector al Maestro Limpio de los jabones? ahórreme pues el trabajo de describirlo. Decía: Ellos son dueños o prestan su nombre o se apropiaron de un restaurante que quién sabe qué ofrezca. No creo que agua de horchata. ¿También se puede decir regentean? Bueno, no se sabe y eso es lo de menos: ahí estaban cuando vieron a un pobre muchacho vendiendo helados cerca. Sin decir agua va #LorMaestroLimpio lo tundió a golpes, duros, durísimos, tan duros que no habría soportado ni el Pac Man Pacquiao. Tanto así que el joven perdió un ojo, de acuerdo a las declaraciones de su propia madre. Bestial, casi lo mata. Al analizar el video sí se puede observar la desventaja en la complexión de cada uno. Esto lo vimos porque alguien lo grabó en su móvil. ¿Y lo que sucede en miles de lugares y no se registra? El tinglado no responde.
Si lo consideran búsquese el video. Es fácil y los comentarios son unánimes: dicen abajo “HDP”. Concuerdo.