Richard Bona incursiona en las cadencias cubanas

Que alguien como Quincy Jones afirme que Richard Bona es “simplemente uno de los cuates más talentosos en este planeta” ha sido un gran aliciente para el músico camerunés. Pero que, además, le haya producido su álbum más reciente, Heritage (Membran/Quest, 2016), con el ensamble Mandekan Cubano, es garantía de que su talento, de por sí vasto, ha salido fortalecido.

El multinstrumentista que en concierto se centra en el bajo eléctrico y la voz, se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional el martes 2 de octubre. En una trepidante sesión de jazz que se nutre de diversos géneros, empezando por la música de sus ancestros, mostrará su apetito por las culturas. En entrevista, Bona dice que “la herencia es importante no solo para seguir hacia adelante, sino para recordar de dónde venimos, eso nos permite dar fundamento a nuestro futuro”. “Fui afortunado por haber tocado con diferentes tipos de artistas. Toqué mucho rock y luego en Nueva York con muchos jazzistas, pero también con grupos de pop, raperos, bluesistas... Me involucré con diferentes tipos de música y así se escucha en mis discos”, dice con entusiasmo contagioso.