Regina, perspectiva espiritual sobre el movimiento del 68
Cuando se entiende lo que pasó, que fue necesario llegar al sacrificio para lograr el despertar, uno comprende la trascendencia, explica
Alo largo de medio siglo, el movimiento estudiantil del 68 se ha analizado desde diferentes perspectivas: histórica, social, política, cultural o artística, y dentro de todas ellas hay una que pocas veces se ha atendido con la misma seriedad: la espiritual, en la que ha puesto esfuerzo Antonio Velasco Piña a lo largo de los años, en especial a través de la novela Regina. “En el 68 yo tenía 10 años de haber salido de la Facultad de Derecho, ya no era estudiante ni mucho menos. Lo viví todo el tiempo acompañando a Regina, desde mi punto de vista el personaje central del movimiento del 68, porque fue quien le dio la perspectiva espiritual: el 68 tiene muchos aspectos, muchos se quedan con el político, con el social o con el cultural, pero la faceta más importante, la que le dio permanencia histórica, es la espiritual, y esa la tuvo Regina”, explica el autor.
Velasco Piña reconoce que Regina fue una especie de avatar, porque no existe en la tradición de Occidente la idea de un ser espiritual: un ser de otra dimensión que toma el cuerpo físico de una mujer para desarrollar una misión determinada, y “la misión de ella fue despertar la conciencia del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl. Entonces tienes que romper la visión materialista de que las montañas solo son el amontonamiento de piedras y de nieve: son seres que tienen su propia identidad. “La propia Regina me encargó que escribiera el testimonio, desde esa faceta espiritual que tuvo el movimiento del 68, y me llevó 19 años hacer el libro para retratar eso. En esta obra no están contenidas nada más mis memorias sobre el 68, sino que estuve recabando mucha información”.
Mitos e historia
Ya para 1968, Velasco Piña se consideraba un abogado normal, trabajaba en el Instituto de Capacitación Fiscal, dedicado a estudiar los impuestos y las reformas fiscales, hasta que se dio cuenta que había que estudiar la historia de México, pero en especial la historia sagrada. “La historia que nos enseñan ha saldado algunos aspectos, pero yo me he dedicado a escribir la parte sagrada de la historia de México: cómo se va a entender la guerra de Independencia si no se conoce la parte ritual. Cómo se va a entender la Revolución mexicana si no se entiende quién era Zapata, cuando él está hablando de la Madre Tierra, no de los derechos políticos sino de los derechos sagrados”, asegura el escritor.
Desde su perspectiva, si no tomamos en cuenta los aspectos sagrados, los rituales del 68, ese movimiento no tiene sentido, porque al final, cuando se analizan las peticiones del pliego del Consejo Nacional de Huelga, eran muy ingenuas: “¡Quiten a los jefes de la policía! Y me parece una exageración tener varios centenares de muertos para eso”. “Cuando se entienda lo que realmente pasó, que fue necesario llegar al sacrificio para lograr el despertar de estas montañas, uno entiende por qué tiene trascendencia”.
Desde su visión, si no se toman en cuenta aspectos sagrados, lo acontecido no tiene sentido
Libros para conmemorar
A la edición conmemorativa de Regina se suma el libro Legado del68, donde se analiza qué ha pasado en México a partir de esa toma de conciencia; para Velasco Piña, la idea es ver a escalas internacional y nacional cuáles han sido los cambios que produjo el movimiento del 68.
“Ahora que se están reviviendo los recuerdos del 68 se está cayendo en un error tremendo: se les olvida que en el 68 el gobierno es el que daba las notas de información que se publicaría en los periódicos. Toda la información que se estaba reproduciendo era falseada, porque era la visión del gobierno”.
Bajo esa perspectiva, Velasco Piña está convencido de que ese movimiento que se desarrolló en muchas partes del mundo, 50 años después ya casi nadie recuerda las causas que lo motivaron, de ahí la importancia de conmemorar que “lo realizado por Regina tuvo consecuencias y ha transformado la historia de la humanidad a lo largo de estos 50 años.
“Todos los grandes acontecimientos en este periodo fueron resultado del despertar de conciencia del movimiento del 68”, concluye.