FESTIVAL.
En el festival se concentraron las comitivas de las once regiones etnogeográficas; Hidalgo fue el estado invitado
El gobernador, Antonio Gali, inauguró el 53 Festival Huey Atlixcáyotl en el cerro de San Miguel, con la participación de danzantes y músicos, e Hidalgo como estado invitado; lo acompañaron José Luis Galeazzi y Cayuqui Estage.
El gobernador, Antonio Gali Fayad, inauguró el 53 Festival Huey Atlixcáyotl en el cerro de San Miguel, en el municipio de Atlixco, con la participación de más de 15 mil asistentes, entre ellos, danzantes y músicos, así como artistas de Hidalgo, estado invitado.
Acompañado por el presidente municipal de Atlixco, José Luis Galeazzi; y del fundador del Festival, Cayuqui Estage Noel, el mandatario poblano recibió el bastón de mando y coronó a Adelaida Sánchez, proveniente de Huauchinango, como la Xochicíhuatl (Mujer Flor) 2018, así como a sus Xochipilme (florecitas): Madai Vázquez, de Ixtepec; y Monserrat Hernández, de Cuetzalan.
En el encuentro se concentraron las comitivas de las once regiones etnogeográficas de Puebla, por lo que nahuas, totonacas, tepehuas, otomíes, mixtecos, popolocas, mazatecos, mestizos y criollos festejaron su cultura, tradiciones, usos y costumbres.
Se presentaron los bailes de convite, de las chinas y charros, el tlaxcalteco, de Atlixco; la danza de los negritos, de Chilchotla; la cuadrilla Tarrasgota de San Juan Tianguismanalco; la danza de los tecuanes, de Acatlán de Osorio; así como la danza de las flores, de Ixtepec.
También, los asistentes pudieron disfrutar de los jarabes de Ajalpan; la danza de los quetzales, de Huauchinango; y los voladores de Cuetzalan; por parte del estado de Hidalgo, se presentó la danza de los elotes y la comparsa de carnaval.
En el evento estuvieron presentes la presidenta del Patronato del Sistema Municipal DIF, Elvia María Siliceo de Galeazzi; así como el subsecretario de Cultura y Turismo del estado, Moisés Rosas, entre otros invitados especiales.
En este festival conocido también como “Encuentro con las Etnias” y que desde 1996 es considerado como Patrimonio Cultural del Estado de Puebla, con cada ritual, danza, canto o pieza de música ejecutados, transportó al pasado a las miles de personas que desde temprana hora ocuparon las gradas en torno a la explanada que se convirtió, por varias horas, en un bello y espectacular escenario.