Rabia canina, vinculada a pobreza y violencia
Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) demostraron que la violencia es un factor de riesgo ligado a los casos de rabia canina, sobre todo en zonas marginadas de alta peligrosidad en las que es imposible el acceso del sector salud para realizar campañas y aplicación de vacunas antirrábicas.
El trabajo realizado por la investigadora de la Escuela Superior de Medicina (ESM) Paola Zárate Segura se enfocó a estudiar el caso de El Salvador, país que permitió mostrar la relación de determinantes sociales como la violencia y la pobreza, con la vulnerabilidad para el desarrollo de la infección canina.
La investigadora politécnica indicó que como parte de la metodología se aplicaron análisis espacio temporal, además de censos caninos. Asimismo, se identificaron áreas de riesgo de la rabia canina distribuidas en tres regiones principales del país, donde prevalecen significativos niveles de violencia y pobreza. “En este estudio consideramos 10 años de datos de vigilancia epidemiológica de rabia canina en El Salvador y buscamos una asociación con niveles sociales, económicos, de violencia, índices de pobreza y analfabetismo”, agregó.
Consideró que la rabia canina no es riesgo exclusivo para El Salvador, también es una importante amenaza para la salud pública en países en desarrollo. Señaló además que actualmente no existe ningún tratamiento una vez que el virus se encuentra en el sistema nervioso central, por lo que el mejor tratamiento es lavar inmediatamente la herida, aplicar inmunoglobulina humana y/o administrar la vacuna inmediatamente.
Precisó que aunque el periodo de incubación lo determinan factores como el sistema inmune del individuo, la variante del virus, la profundidad y el sitio de la mordedura, es indispensable aplicar el cuadro profiláctico recomendado por la OMS.
La especialista del IPN advirtió que los estudios los realiza en colaboración con otros países, pero aún falta camino por recorrer, pues han probado la efectividad de las moléculas en modelos animales y, hasta el momento, éstas tienen buena efectividad, sin embargo, continúan en esa línea de investigación, ya que pretenden obtener un producto con el mejor potencial terapéutico para el tratamiento del virus de la rabia.