Bond, Miss Universo y biología
Estos días pareciera que se exige una versión femenina o LGBT+ de todos los personajes icónicos que existen en el cine, televisión, cómics y entretenimiento en general. Siempre nos llama la atención cuando se hace un Cazafantasmas o un Oceans 8 (ahora) con puro elenco femenino, por ejemplo, por la controversia que suele generar. Por el hecho de que crece la controversia.
Hay de agendas y motivaciones correctas para buscar esto a muchas ya algo fuera del huacal. Pero también hemos visto respuestas de campeonato.
Aquí un ejemplo razonable y otro equivocado de cómo responder a estas preguntas;
“No tenemos que transformar personajes masculinos en mujeres. Hay que crear más personajes femeninos y desarrollar la historia en torno a esos ellas”, dijo la guardiana del universo de James Bond, Barbara Brocolli, ahora que hay una tremenda campaña para que el personaje sea mujer.
Coincido con ella (aunque Cate Blanchett sí estaría regia como 007). Si bien es cierto que Bond se ha ido transformando con el tiempo y con sus intérpretes, la esencia del personaje es la de un tipo muy particular de masculinidad que no tiene por qué desaparecer solo porque hay (y vaya que la hay) inequidad en la repartición de roles protagónicos.
Alguna vez intenté preguntarle a Daniel Craig al respecto y créanme, no lo veía desde el espectro de la diversidad para Bond. (Aunque ahora sí parece estar funcionando para Dr. Who).
Entiendo bien a la señora Brocolli, quien conoce perfectamente su fórmula y no está dispuesta a destruirla por servir la agenda política de alguien más. Aunque sea lo correcto para muchas personas. La verdad no creo que alguien se vaya a sentir atacada o juzgada por el hecho de que Bond siga siendo hombre.
Por el otro lado, este es el ejemplo perfecto de lo que NO se debe contestar ante una petición como la de aceptar transgéneros en Miss Universo:
“Una mujer nacida mujer jamás va a ser igual a un transgénero. Biológicamente no son iguales”, dijo en un aparente momento de ¡eureka! Lupita Jones, durante entrevistas en un teatro. No, bueno. Creo que si reflexionara un poco lo que no se ha hecho a nombre de la “pureza biológica” usaría otros términos.
Yo más bien le preguntaría a cualquiera que se identifica como mujer, sin importar su origen, por qué querría exponerse a ser juzgada por su “biología”, si es que ese es el criterio.
La verdad es que yo no le veo nada de sagrado a la “tradición” de los concursos de belleza como para no querer nunca ajustar las cosas. Pero es del contentillo este asunto, evidentemente. Entiendo que si un macho heterosexual está viendo Miss Universo para reafirmarse, pues le pueda hacer ruido ver a una mujer más bella que la mayoría llevarse la noche si es que nació “hombre”.
Entiendo que para muchas personas, antes Donald Trump por cierto, esto es un gran negocio y forma de vida. ¿Por qué componerlo si no está roto? Así que comprendo el origen de la resistencia. Pero, industria del entretenimiento: les informo que el mundo ya cambió. Si bien es claro que no hay necesidad de alterar nada si les funciona así, ¿No habría mejores maneras de expresarlo? ¿Una que no ofenda a todo un universo de personas que sí viven como mujeres en lo más profundo de su ser? Esa, hasta pareció respuesta de concurso de belleza. Ah.
¿En serio?
¿Con su nueva producción vuelve la teoría de la conspiración de que Avril Lavigne está muerta? ¿Y que la sustituye una chica llamada Melissa? ¿Sabrá Paul McCartney que le están copiando ese acto?