Antonio Tenorio Adame 1968 (II)
A Celia Ruiz de Chávez Somoza
C omo ya hemos apuntado aquí y, existe consenso al respecto, el Movimiento Estudiantil del 68, estuvo envuelto, impactado y bajo la influencia de factores externos (exógenos) e internos (endógenos) que lo contextualizaron. Contamos en los de afuera a los siguientes: ser la generación que se ubica entre la posguerra y el Rock & Roll. Así, la Segunda Guerra mundial, con la destrucción de Hiroshima y Nagasaki en 1945, rindió a los vencidos con los vencederos y vino la repartición del nuevo orden internacional: Plan Marshal, Bretton Woods, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, entre otros, van a ser los instrumentos de dominación del nuevo imperio surgido de ese conflicto bélico.
Por su parte, y a partir del surgimiento de blancos que cantaban como negros (con orígenes en el blues, country, doo wop, folk, góspel, western), principalmente, con Elvis Presley (1954-57) y Bill Haley y sus cometas (1955) más los estudios sobre la adolescencia y juventud del gringo G. Stanley Hall agregando a símbolos como James Dean y sus “Rebeldes sin Causa”, se sentaron las bases de los 60´s como época de cambios y transformaciones que llegarán a desembocar en ya los 68, 69 y 70´s ( guerra de VietNam, Marcha Nacional sobre los Derechos Civiles; asesinatos de Malcom X, Martín Luther King, John y Robert Kennedy en USA.
Y en Europa: la “Primavera de Praga” liderada por el checo Alexander Dubcek, contra los tanques soviéticos y el ejército del Pacto de Varsovia así como el mayo francés que, todo en conjunto, y como mencionó, uno de sus líderes Daniel Cohn-Bendit: “Nosotros, después del 68, ya no fuimos los mismo” o como señaló Alain Touraine “Nosotros, en el 68 en París, inventamos los movimientos sociales”.
También, el concierto de Woodstock, 1969, en Bethel, edo. De Nueva York con más de 500 mil asistentes (el mayor en el historia mundial); el de Avándaro, edo. De México con más de 200 mil asistentes (también reprimido por Luis Echeverría Álvarez), fueron causa-efecto del 68. Como nuevas expresiones juveniles de cultura y contracultura, contemporáneas.
En los factores internos (endógenos) del M68, Movimiento Estudiantil del 68, Antonio Tenorio Adame, desde Tehuacán para el mundo, nos señala: “Durante casi una década se fraguó el que sería el núcleo de la lucha social del pueblo mexicano: el Pliego petitorio. Fue un documento formulado para responder la política represiva del gobierno de Gustavo del Corazón de Jesús Díaz Ordaz por la detención y encarcelamiento de alrededor de cincuenta líderes sindicales ferrocarrileros y dirigentes de partidos políticos. Bajo la bandera de denunciar y exigir la libertad de los detenidos ilegalmente, se organizó el 3 de julio de 1960 el Congreso Nacional por la libertad de los presos políticos y la defensa de las garantías constitucionales. Cuya convocatoria suscribían personalidades como David Alfaro Siqueiros, Filomeno Mata, y Renato Leduc, así como también organismos del sector educacional: Othón Salazar de la Sección IX del SNTE, y un servidor, Antonio Tenorio Adame, entonces presidente de la FEU, más otros miembros del foro judicial: Augusto Velazco, Arturo Rojo Coronado, y una vasta y diversa colectividad de ciudadanos.
El Comité organizador del Congreso quiso acogerse a la garantía de libertad de expresión reconocida en la Escuela de Economía de la Ciudad Universitaria, con ese fin solicitó el Auditorio Narciso Bassols; a dicha petición las autoridades académicas se declararon incompetentes para justificar su negación, por tal motivo el evento-congreso se efectuó en el local sindical del “Ánfora”, cuya localización era cercana a la penitenciaria de Lecumberri donde los presos políticos se encontraban recluidos.
Los resolutivos del Congreso Nacional por la Libertad de presos políticos y defensa de las garantías constitucionales, fueron los pioneros de puntualizar las demandas que elevarían en 1968: la defensa de la Constitución, abrogación del delito de disolución social, libertad de presos políticos, destitución de servidores públicos responsables de ser represores, ofensores y usurpadores”.
Esa fue la demanda pionera que se enarboló por los siguientes años, en especial se entregó directamente en entrevista personal a responsables de los poderes de la Unión:
1. Al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Guzmán Neira, el 7 de julio de 1960 quien contestó a la Comisión encabezada por Alfaro Siqueiros, Filomeno Mata y el licenciado Juan Manuel Gómez Gutiérrez que “la Suprema Corte de Justicia no acepta consigna de nadie ni se amilana por la presión de grupos o particulares”; también la misma Comisión se entrevistó con el procurador General de la República, Fernando López Arias, quien tuvo un trato coloquial a la vez amenazante, ninguna de las demandas tuvo respuesta.
2. A su vez, Humberto Romero, secretario particular del presidente de la República Adolfo López Mateos, fue entrevistado por una Comisión encabezada por Antonio Tenorio Adame, presidente de la FEU, Martín Reyes Vaysade, los profesores Encarnación Pérez Rivero y Nicolás Abad, luego de una manifestación que llegó a la Puerta del Palacio Nacional, donde después de un forcejeo con las Guardias Presidenciales, se consiguió ser escuchada en el despacho privado presidencial, ahí se le entregó el Pliego Petitorio con las demandas de la defensa de la Constitución y las libertades ciudadanas. Como una ironía cobrada por la vida, posteriormente en el año 68 Humberto Romero Pérez fue señalado como un instigador del conflicto”.
“Las peticiones ciudadanas por las garantías constitucionales y libertades civiles no fueron escuchadas en su tiempo causando un gran daño a la nación”.