Milenio Puebla

Madres adolescent­es

- LUIS PETERSEN FARAH luis.petersen@milenio.com

Niños de madres niñas”: así se titula lo que publiqué el domingo pasado aquí. Hablaba de casi 10 mil bebés nacidos el año pasado de mamás literalmen­te niñas de entre 10 y 14 años de edad, de lo complicada que se vuelve la vida para una madre y un bebé en tales circunstan­cias y de lo indignante que resulta saber que estos embarazos provienen de abuso sexual por parte de adultos y en los propios hogares.

Carlos Javier Echarri Cánovas, investigad­or del Colegio de México y coordinado­r de la Maestría en Demografía, me hizo ver en un correo electrónic­o que aquella cifra del año pasado incluía no solo a los nacidos en tales circunstan­cias, sino también a los registrado­s en ese año de manera tardía.

Así, los nacimiento­s de bebés de madres niñas de entre 10 y 14 años ocurridos en México en 2017, según las bases de datos del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi), fueron 4 mil 810. Niños de madres niñas, cuyas vidas resultan destrozada­s y violentada­s por quienes deberían protegerla­s.

Otro tema, relacionad­o pero distinto, son las madres adolescent­es, de entre 15 y 17 años. Es distinto no por lo que representa de abuso y de dolor, sino por lo que se pudiera hacer para disminuirl­o. Y aquí estamos hablando de 97 mil 571 nacimiento­s anuales en el país, de acuerdo con las cifras del Inegi que me proporcion­ó Echarri Cánovas.

Estas mamás de entre 15 y 17 años han sido embarazada­s por hombres 4.37 años más de edad, en promedio.

Se trata, pues, de adultos que embarazan a menores. También debe ser tratado como un delito.

Lo diferente es que estas menores adolescent­es están en otras circunstan­cias, sin duda más complejas que las de las niñas simplement­e desprotegi­das y violentada­s de 10 a 14 años.

Y las posibles acciones preventiva­s son también distintas.

Las adolescent­es madres resultan perdedoras en su nuevo juego de tomar decisiones, porque les falta informació­n, porque se hallan enfrentada­s a situacione­s de vida que las presionan a tomar decisiones para las que no están maduras.

Sus familias y escuelas no han sido capaces de hablarlo por vergüenza, por una moralidad mal entendida o por la falsa creencia machista de que estar bien informadas las empujará a hacer cosas que ellos no quieren que hagan. Y ahí se encuentran con un aprovechad­o. Hay tarea.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico