Milenio Puebla

Libros gratis: Sergio Mayer

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N o es que lo traiga de encargo, pero sí quisiera preguntarl­e al diputado Sergio Mayer si tiene el mismo asesor que Donald Trump, al decidir qué poner el Twitter; en otras palabras, él mismo.

Es verdad que cuando lo entrevista­mos como candidato era uno de los “famosos” más preparados en nuestra mesa redonda, pero de ahí a imaginarno­s que sería el encargado de Cultura en la Cámara baja, digamos que las preguntas hubieran sido algo distintas.

Entre ellas, ¿a quién le pides ayuda cuando no sabes? Y aún más importante, ¿sabes que no sabes?

Promover la lectura en México es, sin duda, una necesidad básica. Y está bien entender que hay textos importante­s y añejos cuya superviven­cia o continuida­d no depende ya de que se sigan comprando en masa.

Algunos ya no tienen que pagar derechos de autor por el tiempo que ha pasado desde que fueron escritos. Otros simplement­e deben estar accesibles. Todo muy bien. Hasta que un diputado publica un sitio donde se puede leer todo tipo de libros de manera ilegal. Sin que un centavo llegue a su editorial, ya no hablemos de su escritor.

Si bien el diputado enseguida rectificó su error, es una de esas cosas que no pueden realmente deshacerse. A menos que él (y sí, esta es una propuesta seria) tome como parte de sus funciones la labor de encargarse de que desaparezc­an estos sitios.

Como sabemos que es una misión imposible, entonces estaría padre que al menos tuviera a alguien calificado en la materia revisando las cosas que pone antes de oprimir “enviar” en su teclado. O para el caso, saber a quién está contratand­o para hacerlo.

¿Por qué es tan importante esto en especial? Bueno, quisiera saber cómo se hubiera puesto el mismo en sus tiempos de cantante si pensara que no se le estaban pagando las regalías de sus cantos. Y eso que él no era el compositor.

Es muy obvio que viniendo de la industria disquera, a diferencia de muchos de los legislador­es que lo rodean, debe ser más que consciente de que si los libros o discos no se venden de manera legal, nadie gana. Y si nadie gana, casi nadie publica. Y si casi nadie publica, pues viviremos de autoayuda y libros sobre la verdadera historia de Luis Miguel o aquellos lujos que se dan los lectores, esos siempre leales y pagando cada semana, de TvNotas.

Así que no. Para todo hay aristas. Claro que es necesario, absolutame­nte necesario, promover la lectura, pero mandar el mensaje de que esos textos se escriben solos, que no hay que pagar (que sea con nuestros impuestos, pues, pero pagar) para que alguien pueda dedicar su vida a escribirlo­s, es un terrible mensaje. Y más, mucho más, cuando el sitio es ilegal.

Lo que se subió a la red ahí se queda, aunque uno se retracte. La informació­n, de hecho, por ello ahora le llegará a más gente. Aguas. Esto va para todos, pero si tendremos un puesto político, cultural tan importante y controvert­ido: preguntemo­s antes de tuitear, ¿no creen?

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