Las redes sociales, ¿beneficio o perjuicio?
E n días pasados leí en Facebook un argumento, con muy poco sustento por cierto, que relacionaba directamente el fracaso de los matrimonios actuales con el uso de las redes sociales y la posibilidad de que una persona pueda tener mayores relaciones al mismo tiempo, aunque sean de forma virtual, lo cual me hizo reflexionar sobre este fenómeno tecnológico, que es una realidad sociológica en nuestras comunidades actuales.
Como he escrito en anteriores ocasiones, las redes sociales son un gran aporte tecnológico para la humanidad y sus formas de comunicarse, incluso en términos de prevención de adicciones he sostenido que es un medio muy poderoso para combatir los factores de riesgo sobre todo en el sector juvenil de todo el mundo donde hay una sobre exposición al consumo irresponsable de drogas y conductas adictivas.
Igual que todo en la vida, existe la oposición y también la crítica, por ejemplo, hacia el uso indiscriminado de las redes sociales, que está transformando paulatinamente la forma en que hoy en día nos relacionamos con otras personas.
Efectivamente, quizás sólo como anécdota, en mi consulta privada las redes sociales surgen en diversos temas que van desde celos patológicos, pérdida de confianza, falta de comunicación personal y directa entre las personas, malos entendidos, suposiciones o interpretaciones que generan conflicto; falta de atención al prójimo por estar inmerso en el dispositivo móvil; identidades virtuales, flirteos cibernéticos y comunicación deficiente por la forma telegráfica de redactar mensajes, entre otros motivos.
Aun cuando en efecto las RRSS pueden ser factor de la comunicación disfuncional en las personas, falta de interés en el otro y el riesgo de tener relaciones virtuales dobles o triples, generalizar que el Facebook u otras redes son el motivo de que los matrimonios actualmente estén fracasando en comparación con los de “antes”, me parece una aberración sin sustento, ya que sin subestimar la nocividad potencial de esos factores, la disolución del vínculo afectivo entre las personas y el crecimiento en el índice de divorcios en nuestra sociedad, atiende a causas más complejas y multifactoriales, que van desde las bases de la relación misma.
Hoy, en la pérdida de identidad en los seres humanos, en la aldea global en la que vivimos, de pronto observamos personas que viven sin sentido y desde sus carencias emocionales inician relaciones afectivas que al principio pueden ser placenteras, después se tornan dolorosas y algunas terminan siendo tóxicas o destructivas.
Revisemos nuestros valores personales, analicemos la transformación de instituciones sociales como el matrimonio, aprendamos a vivir en un mundo tecnológico dinámico, volvamos a las bases que le dan sentido al ser humano y dejemos de responsabilizar a las redes sociales de todo lo que nos pasa, ya que, después de todo, llegaron para quedarse y está en nosotros hacerlas benéficas o perjudiciales.