Aeropuerto: simulación o democracia directa
El dilema de fondo no es únicamente el planteado: nuevo aeropuerto en Texcoco o el sistema integrado por el viejo aeropuerto, Santa Lucía y Toluca.
El tema profundo es si estamos ante un paso hacia la democracia directa para gobernar al que nos convoca el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, o si la “consulta” es una simulación.
Texcoco es una opción con muchas desventajas: afecta al sistema ecológico de su entorno y sus secuelas; revive el conflicto con los pobladores de la región y se erige en función de los grandes intereses económicos y financieros que lo han promovido desde hace unas dos décadas, al menos.
La tripleta: conservación del actual aeropuerto con sus dos pistas sobresaturadas, Santa Lucía con otras dos con problemas de tránsito aéreo, más Toluca. No resuelve el problema de la saturación del aeropuerto actual; al contrario, lo perpetúa.
Hace 18 años promovimos la opción de Tizayuca, sigue siendo la mejor.
En sentido realmente democrático, la voluntad de más de 30 millones de electores, un poco más de 53 por ciento de los votantes en las elecciones federales del 1 de julio, ya se expresaron: votaron contra el aeropuerto en Texcoco.
Este tema fue central entre los enarbolados por López Obrador. Rechazo a la reforma energética; a la llamada reforma educativa; el combate a la corrupción como principal problema nacional; el incremento a los subsidios para las personas de la tercera edad; la creación de 100 universidades y el otorgamiento de casi 300 mil becas en forma de retribución a jóvenes que desempeñarán tareas de aprendices. Todo eso magistralmente expresado en las palabras del Presidente electo, quien tiene el don de hablarle a la gente como ella misma.
Una “consulta” realizada por los mismos partidarios de López Obrador, en sitios determinados por ellos mismos, con integrantes de esa corriente o partido, donde no habrá representantes de la propuesta de Texcoco, es exactamente lo contrario a la democracia directa o no.
Pero qué necesidad, como diría Juanga, solamente que el Presidente electo esté experimentando este tipo de “consultas” para temas como la legalización de las drogas, el aborto, los matrimonios, la muerte anticipada y otros para no comprometerse.