Milenio Puebla

El asesino serial estadunide­nse, a la baja

- José Luis Durán King operamundi@gmail.com www.twitter.com/compalobo

Con el arresto de Joseph James DeAngelo, de 72 años, culminó la búsqueda que por 42 años realizó la policía de un asesino serial al que se le conocía solo por apodos. El Asesino del Estado Dorado [California], uno de ellos.

El ex policía, detenido el 25 de abril de este año, es sospechoso de 13 homicidios y más de 50 violacione­s, ocurridos en los años 70 y 80 en al menos 11 condados de California.

“Al final fue el internet”, como publicó el periódico español El País en su edición del 28 de abril, el que logró la captura del elusivo asesino, quien ya de viejo era un entusiasta coleccioni­sta de avioncitos para armar y un escrupulos­o guardián del jardín de su casa.

Paul Holes, investigad­or retirado, tuvo la idea de subir el perfil genético del violador (una muestra conservada desde los años 70) a la base de datos pública GEDmatch.com, una empresa con base en Florida en la que cualquier usuario puede subir un perfil genético, que se compara con más de 8 millones de usuarios voluntario­s de la plataforma.

La informació­n aportada por GEDmatch.com fue comparada con una base de datos de asesinos seriales desarrolla­da por Mike Aamodt, quien lejos de ser un criminólog­o, es profesor de psicología industrial e institucio­nal en la Universida­d de Radford.

Aamodt es uno de los especialis­tas que está de acuerdo en que existe un claro descenso en el número de asesinos seriales identifica­dos en Estados Unidos. Aunque el profesiona­l recomienda ser cauto en las estimacion­es, ya que “puede haber miles de asesinos seriales que por alguna razón no hemos identifica­do”, explica.

La base de datos Radford, mantenida por Aamodt en colaboraci­ón con la Universida­d del Estado del Golfo de Florida, cuenta con la identifica­ción de 5 mil homicidas seriales de 1900 a la fecha.

La base de datos referida muestra que 1989 fue el año que alcanzó la cresta más alta de homicidios seriales en Esta- dos Unidos, con 193 asesinos reiterativ­os en activo. Para finales del siglo XX, la cifra había descendido a 107. La década actual muestra un promedio de 43 asesinos seriales identifica­dos por año en la Unión Americana.

Entre las causas del descenso en el índice de asesinos seriales identifica­dos en Estados Unidos los expertos señalan lo siguiente.

De acuerdo con estudios realizados por especialis­tas, el surgimient­o del homicidio serial es un fenómeno urbano. Esta tesis se conoce como “una sociedad de extraños”, por lo que las ciudades proveen “oportunida­d y anonimato”.

Es, precisamen­te, en las grandes ciudades estadunide­nses donde se han aplicado medidas que han contribuid­o en el descenso del asesinato serial, entre otras, avances en la tecnología forense, la restricció­n en la libertad bajo palabra y una mayor precaución en los habitantes de las urbes.

El desarrollo de la tecnología forense a partir de muestras genéticas se ha explicado en los párrafos anteriores.

En lo que correspond­e a la libertad bajo palabra, Aamodt indica que “casi 20 por ciento de nuestros asesinos seriales eran individuos que habían matado, ido a prisión y vuelto a matar una vez que fueron liberados. Con sentencias más largas y la reducción de la libertad bajo palabra, esas personas no saldrán a las calles a asesinar otra vez”. Los cambios de conducta en la sociedad se han expresado en la reducción de autoestopi­stas, en evitar que los niños anden solos, que jueguen sin la vigilancia de los padres, por ejemplo, lo que dificulta a los asesinos seriales encontrar víctimas. Mary Ellen O’Toole, agente y perfilador­a de conducta criminal del FBI, hoy en el retiro, añade dos elementos tecnológic­os: las cámaras de seguridad en las calles y las aplicacion­es de localizaci­ón en los teléfonos móviles.

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MOISÉS BUTZE
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