CDH: PASAN POR LA ENTIDAD, 50% DE INDOCUMENTADOS
Cruzan 19 municipios: Acateje, Amozoc, Acatzingo, Altepexi, Chalchicomula, Mazapiltepec, Oriental, Palmar, Puebla, Grajales, Chilac, Miahuatlán, Huixcolotla, Soltepec, Tlacotepec, Tecamachalco, Tepango y Tepeaca
La mayoría de los indocumentados que cruzan la frontera sur de México toman el tren conocido como La Bestia en Chiapas pero no saben con certeza su destino. La mayoría de los ferrocarriles son de carga y carecen de un título que indique el punto al que llegará.
Los indocumentados deciden viajar arriba de los vagones, viajan durante la noche y descienden para buscar alimento o ropa cuando se detiene el ferrocarril.
De acuerdo con el análisis “Víctimas invisibles. Migrantes en movimiento en México” realizando por Amnistía Internacional, los migrantes toman dos rutas principales, la primera es la del Océano Pacífico; y la segunda es la llamada ruta Golfo de México, aunque con el paso del tiempo, van generando ramales para evitar ser identificados. Las rutas migratorias se dividen en cuatro a partir de la mitad del territorio nacional. Las rutas están ligadas directamente con las líneas del ferrocarril.
El territorio poblano se encuentra entre las dos rutas. En muchas ocasiones, los migrantes toman un tren que los lleva al norte de la capital del estado o a Apizaco. Dependen de la carga que transporte del ferrocarril.
Algunos migrantes desde Puebla, buscan seguir su paso hacia la ruta del Golfo por Veracruz y luego Tamaulipas para cruzar por el Río Bravo; pero otros toman el tren que los llevará a Texcoco, punto desde donde pasarán a la Ruta del Pacífico con destino a cruzar la frontera por Tijuana.
De acuerdo con un análisis de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla, el 50 por ciento de los migrantes centroamericanos eligen pasar por la entidad para llegar a la frontera norte y cruzar hacia Estados Unidos de América.
Se identificó que dentro de territorio poblano, los indocumentados cruzan 19 municipios: Acateje, Amozoc de Mota, Acatzingo, Altepexi, Chalchicomula de Sesma, Mazapiltepec de Juárez, Oriental, Palmar de Bravo, Puebla, Rafael Lara Grajales, San Gabriel Chilac, Santiago Miahuatlán, San Salvador Huixcolotla, Soltepec, Tlacotepec de Benito Juárez, Tecamachalco, Tepango de López y Tepeaca.
En entrevista, el presidente de la Pastoral de Migración, Gustavo Rodríguez Zárate, párroco del templo de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado al poniente de la capital del estado, a unos kilómetros de la Central de Autobuses de Puebla, explicó que los indocumentados centroamericanos que atraviesan México en su ruta hacia Estados Unidos arriesgan su vida y su libertad.
Saben que su itinerario está plagado de peligro: secuestros, extorsiones, asaltos, sobre todo para quienes recorren la llamada ruta del Golfo. Pese a ello, siguen saliendo de sus países, principalmente de Honduras y El Salvador.
Comentó que las rutas migratorias dependen de la realización de operativos del Instituto Nacional de
Migración (INM) y hasta la operación de grupos criminales. La ruta que más siguen es la de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz.
La ruta que pasa por Puebla está ligada a las líneas de ferrocarril, en algunos casos, los trenes vienen de Veracruz y se dirigen hacia Tlaxcala o hacia el Estado de México; mientras que otras líneas llegan a Puebla desde Apizaco, Tlaxcala.
Al mismo tiempo, Puebla se ubica como un punto donde se pueden utilizar líneas de autobuses para viajar a Apizaco donde se ubica el albergue “Un Mundo Una Nación” o hacia la Ciudad de México, donde se puede continuar el camino hacia el norte del país por camión o tren. Puebla, en la ruta de menores migrantes hacia estados Unidos En el caso de los menores, el estado de Puebla forma parte de las tres principales rutas que se siguen para llegar a Estados Unidos, situación que se relaciona con la conectividad, tanto de tren como de autobuses.
De acuerdo con el informe “Desarraigados en Centroamérica y México” del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), ante la carencia de recursos para viajar por rutas migratorias conocidas, familias migrantes de escasos recursos, eligen caminos irregulares y peligrosos.
Mediante una revisión de casos, la Unicef indicó que el endurecimiento de la aplicación de las leyes provocó que el paso por el sur de México se convierta en un riesgo para los inmigrantes, porque para evitar ser detenidos, muchos de ellos recurren a los llamados coyotes o traficantes de seres humanos o escogen rutas informales como bosques, pasos por la Sierra Mixteca, con lo que se exponen a un peligro mayor que el de ser víctimas de explotación, abusos, ataques y extorsión.
Según un mapa presentado por la organización, la mayoría de los centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos, llegan a la localidad de Tegucigalpa, en Honduras, para seguir por El Cebo, en Guatemala, después a Tenosique en Tabasco y así hacer una parada en Puebla.
Desde la angelópolis, las familias de los migrantes pasan por la Ciudad de México a San Luis Potosí, y finalmente a Zacatecas. En esta entidad, surgen dos nuevas rutas: la primera llega hasta Piedras Negras en Coahuila, mientras que la segunda pasa por Monclova. Más de tres mil 500 dólares, costo por cruzar con un coyote En caso de que los indocumentados decidan ocupar un “coyote”, es decir, una persona que trafica con seres humanos para cruzar el territorio mexicano, los costos varían, sin embargo, algunos migrantes cuentan que pagan tres mil 500 dólares, es decir, unos 70 mil pesos.
El sacerdote Gustavo Rodríguez Zárate explicó que los llamados coyotes cada vez aumentan el costo de sus cobros. El costo por cruzar el territorio nacional con ayuda de un pollero subió a tres mil 500 dólares, es decir, 70 mil pesos a un tipo de cambio de 20 pesos por dólar.
A pesar de que entreguen los recursos, los migrantes no tienen asegurada su llegada al norte del país, ya que en muchas ocasiones son engañados.
El templo de Nuestra Señora de la Asunción, ubicado Calle 45 Norte 206 de la capital de Puebla, que encabeza el sacerdote Gustavo Rodríguez Zárate, recibe a migrantes de diferentes edades que buscan llegar a Estados Unidos o centroamericanos que buscan regresar a su país de origen tras ser asaltados en México.
Los abusos y las violaciones de los derechos humanos contra los migrantes continúan en su paso por México.
Resaltó que el costo por pasar de Chiapas a la frontera norte del país para una persona indocumentada se multiplicó 10 veces en los últimos años.
Según la Unicef, recurrir a los servicios de un “coyote” puede costar hasta 3 mil 500 dólares por persona, sin embargo, dicha cantidad se puede elevar hasta los 15 mil dólares si el indocumentado es acompañado por un menor de edad.
La Unicef agrega que si las personas son deportadas, suelen encontrarse con grandes deudas y en Puebla ya se presenta el fenómeno de migrantes que viajan por primera o segunda vez hacia los Estados Unidos y personas que van de regreso a sus países de origen, sin embargo, se van “estacionando” para buscar recursos y continuar con su camino.