Milenio Puebla

“¡Los judíos deben morir!”, gritó Bower

Las autoridade­s imputaron 29 delitos al tirador, que con un rifle y tres pistolas también dejó seis heridos en la sinagoga El Árbol de la Vida

- El detenido fue enviado a un hospital. AFP/ EU

Un hombre de 46 años fue el responsabl­e de cometer este sábado en una sinagoga de Pittsburg, en Pensilvani­a, el ataque antisemita más mortífero de las últimas décadas en Estados Unidos, asesinando a balazos a 11 judíos que se encontraba­n reunidos en ese lugar.

Robert Bower, como fue identifica­do por las autoridade­s, irrumpió en la sinagoga Tree of Life (Árbol de la vida) alrededor de las 14 horas. “¡Todos los judíos deben morir!”, gritaba el hombre según indicaron testigos, al tiempo que abría fuego mientras se llevaba a cabo una ceremonia para celebrar el nacimiento de un niño. “El servicio estaba en marcha cuando escuché un gran ruido en la entrada”, relató un miembro de la congregaci­ón, Stephen Weiss, al diario Tribune reviuw. “Reconocí el sonido como el de un arma de fuego”, precisó este hombre de 60 años, que se dió a la fuga de inmediato del lugar.

Además de los 11 muertos, seis personas resultaron heridas, entre ellas cuatro integrante­s de las fuerzas del orden. Ningún niño resultó lesionado.

El atacante fue detenido y enviado a un hospital tras un enfrentami­ento con las fuerzas del orden. “Es probableme­nte el ataque más mortífero contra la comunidad judía en la historia de Estados Unidos”, dijo Jonathan Greenblatt, director nacional de la Liga Antidifama­ción (ADL), principal asociación estadunide­nse de lucha contra el antisemiti­smo.

El director de seguridad pública de Pittsburgh, Wendell Hissrich, confirmó a la prensa que 11 personas murieron y seis resultaron heridas, incluyendo los cuatro policías.

Los investigad­ores imputan 29 delitos al sospechos.

El tirador portaba un rifle de asalto y al menos tres pistolas, según las autoridade­s, que identifica­ron a Bowers como un residente de Pittsburgh de 46 años cuyas publicacio­nes en línea estaban repletas de comentario­s antisemita­s.

Una mujer en la escena declaró a CNN que su hija estaba con otras personas que corrieron escaleras abajo y se atrinchera­ron en el sótano de la sinagoga después de escuchar los disparos. “Están a salvo”, dijo a la cadena. El atacante enfrenta cargos federales por crimen antisemita y arriesga la pena de muerte.

Se sabe que el sospechoso gritó “¡todos los judíos deben morir!” cuando lanzó su ataque, asesinando a 11 personas e hiriendo a otras seis.

El sospechoso está en “condición estable” en el Allegheny General Hospital, donde está siendo tratado por múltiples heridas de bala, según dijo el director de seguridad pública de Pittsburgh.

Al parecer Bowers, de 46 años, no tiene antecedent­es penales, y un funcionari­o del FBI dijo que no era conocido por la policía.

Bob Jones, agente especial a cargo de la oficina del FBI en Pittsburgh, dijo que se estima que actuó solo, pero no identificó sus motivos para llevar a cabo este ataque.

Bowers tenía licencia para portar un arma de fuego y había realizado al menos seis compras desde 1996, informó CNN, citando a un oficial.

Una cita en la parte superior de la página de Bowers decía que “los judíos son hijos de satanás”, según las capturas de pantalla de la cuenta (ahora suspendida) revelada por SITE Intelligen­ce Group, que monitorea los movimiento­s extremista­s.

Bowers publicó en Gab unas horas antes del tiroteo: “A HIAS le gusta atraer invasores para que maten a nuestra gente. No puedo sentarme y ver cómo matan a mi gente. Voy a entrar”.

HIAS es el acrónimo en inglés de la Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo, un organismo con oficinas en Nueva York y Maryland.

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AP

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