Insuficientes, en la capital, no cabe ni un muerto más
en el grupo de las 22 mil 276 entregadas a perpetuidad, pero no se puede disponer de ellas porque los propietarios realizan sus refrendos.
En la capital del estado hay 32 panteones, de los cuales sólo dos son administrados por el ayuntamiento de Puebla y el resto por las juntas auxiliares, inspectorías y el clero; el estado aparece en segundo lugar nacional por el número de cementerios.
En la capital del estado hay 32 panteones, de los cuales sólo dos son administrados por el ayuntamiento de Puebla y el resto por las juntas auxiliares, inspectorías e incluso por el clero, que gestiona los espacios mediante sus usos y costumbres.
De forma directa, el ayuntamiento de Puebla administra el Panteón Municipal que cuenta con un total de 37 mil 688 fosas, de las cuales 22 mil 276 son a perpetuidad, 14 mil 23 a temporalidad y mil 304 de uso común; ac- tualmente sólo 85 espacios son para nueva asignación.
El director de Servicios Públicos del ayuntamiento de Puebla, Pascual Obregón Ochoa, aclaró que si bien se tienen 85 espacios para nueva asignación, hay fosas sin ocupar en el grupo de las 22 mil 276 entregadas a perpetuidad, pero no se puede disponer de esas porque los propietarios realizan sus refrendos.
El funcionario detalló que el Panteón Municipal tiene 16 hectáreas y se divide en ocho secciones, de la primera a la quinta y ampliación de la primera a la tercera. Al reconocer que el cementerio se encuentra en su máxima capacidad, hizo hincapié en que también existen 670 nichos, pero sólo se tienen ocupados 68, ello a partir de la falta de cultura de la cremación.
Recordó que los espacios en el panteón municipal se asignaron conforme inició su uso y no había una definición exacta del área donde se sepultaba, no obstante la primera sección es la más vieja y tiene más arte funerario, en la actualidad se realizan recorridos y visitas guiadas con el área de Turismo.
Se estima que cerca del 30 por ciento de las tumbas en el Panteón Municipal cuentan con un valor histórico, por las estructuras en las que yacen los cuerpos, como criptas y mausoleos, de los que se encargan familiares o privados, puesto que el mantenimiento para el cementerio es general.
“El mantenimiento que damos es para áreas comunes, digamos que la cripta es responsabilidad de los familiares de los difuntos, el panteón por servicios públicos vigila que no vayan a modificar algunos elementos o ver el mantenimiento que van a dar, revisamos que no sea diferente al que se requiere”, expuso.
En juntas auxiliares
El director de servicios públicos expresó que los panteones emblemáticos como el francés y de La Piedad, son administrados uno por un patronato y el otro por el gobierno del estado; el municipio únicamente coadyuva en la dotación de servicios públicos. Lo mismo sucede con los ubicados en las juntas auxiliares.
“Son responsables las juntas auxiliares porque se manejan por usos y costumbres, tenemos 32 panteones en las diferentes juntas auxiliares, nosotros coadyuvamos con el mantenimiento, algunos panteones están administrados por el clero, otros por el presidente, los inspectores, básicamente trabajamos con ellos para brindar mantenimiento y que estén en condiciones de recibir a los visitantes”, detalló.
En la actualidad, se cuenta con un anteproyecto para la cons-
trucción de un segundo panteón municipal, se estima que su extensión sería de 10 hectáreas, pero el proyecto no se concreta por la disponibilidad de los recursos.
Aunado a lo anterior, recordó que el ayuntamiento de Puebla administra un panteón en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán que está en terrenos municipales, pero hasta el momento no está ocupado y ya se podría disponer de al menos 2 mil fosas, pero no ha habido solicitud para utilizarlo.
Se estima que en el Panteón Municipal hay más de 300 tumbas catalogadas como patrimonio por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero hay cientos más que cuentan con valor histórico, por los materiales con las que cuentan sus criptas y los cuerpos de los personajes que ahí se sepultaron, destacan la de los Hermanos Serdán y Juan Crisóstomo Bonilla.
De acuerdo con la guía de patrimonio religioso, hasta 1827 se emitió una ley para prohibir la sepultura de cadáveres al interior de las iglesias, como se acostumbraba; no obstante, por la falta de espacios adecuados para este fin se seguía enterrando a los muertos en templos.
“Este sistema se usó hasta 1878, cuando se prohibieron las gavetas y se establecieron panteones provisionales en los atrios de las iglesias de los barrios de 1880”._ San Sebastián, San Matías, San Miguelito, Santa Ana y San Juan del Río, que fueron utilizados hasta que se puso en funcionamiento el Panteón Municipal en