No desacatarás a los financieros
No es mi intención discutir aquí la decisión de cancelar el aeropuerto de Texcoco, ni la muy cuestionable consulta que respalda la decisión. Eso ya se ha hecho extensamente en otros sitios. Quisiera más bien abordar que el principal argumento para cuestionar la decisión tenga que ver con el dólar, los mercados internacionales y las agencias calificadoras, como si ello constituyera una nueva verdad revelada a la hay que plegarse, bajo pena de sufrir indecibles consecuencias.
En todos estos casos se trata de dispositivos del sistema económico neoliberal, que ha producido una concentración de la riqueza jamás antes vista, con las correspondientes consecuencias en términos de miseria, violencia, migraciones y muchas más. Así que la tautología de pensar que cualquier gobierno debe actuar según las expectativas de los mercados implica la exigencia de continuar reproduciendo los mecanismos que han creado el actual desastre, como una frase de Orwell que reza: “El perro de un circo que da la maroma cuando se le truena el látigo está bien entrenado, pero el perro verdaderamente bien entrenado es aquel que da la maroma sin necesidad de que se le truene el látigo”.
Si cada decisión de política pública se toma según los deseos de los organismos especulativos internacionales, no existiría más camino que continuar reproduciendo hasta el infinito el sistema que ha producido una realidad tan desigual y violenta. Se podrá argumentar, como hacen