“Me tocó el pacto de caballeros”
Caso Cofece. El Jefe recordó que él fue víctima de ese acuerdo no escrito entre clubes mexicanos, por exigir un pago al Puebla
Aunque es una práctica, casi una ley no escrita, casi un tabú que ha existido desde hace muchos años en el futbol mexicano, el pacto de caballeros vuelve a tomar fuerza, luego la investigación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) por prácticas monopólicas absolutas en la transferencia de jugadores; así es como hoy salen varias historias alrededor de ello, un punto de inflexión en que poco a poco más personajes se animan a exponer que también fueron víctimas.
Uno de esos personajes, polémico y frontal, es Tomás Boy, quien en su etapa con el club Puebla (llegó en 2002) no logró conseguir buenos resultados y le dieron las gracias en la Jornada 10, según relató vía telefónica.
Ya que Tomás no quiso firmar la carta de finiquito que le propusieron en la Comisión de Controversias de la FMF, que en realidad no contenía ningún pago, solo la finalización de su relación laboral con La Franja, por lo que fue congelado varios años, sin posibilidad de retomar su carrera de entrenador ante el bloqueo que se extendió al resto de los clubes; en su caso, Boy señala a la administración de Alberto de la Torre, ex presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
“Me sentí vetado y gracias a ese veto, o pacto de caballeros, no me contrataron”
“No se me pagó ni un centavo, ni la pretemporada, ni el campeonato, nada”
“Gracias a ese veto que se le puede llamar pacto de caballeros, no me contrataron”
“Fui víctima (en el Puebla) de ese proceso, no se me pagó y no me daban trabajo”
“Ha existido muchos años y es una forma en la que los equipos se han podido mantener”
“Es algo no escrito y es una forma en la que los directivos han defendido su postura” Tomás Boy
Entrenador mexicano
“Me sentí vetado y gracias a ese veto, que se le puede llamar pacto de caballeros, no me contrataron; el hecho de no arreglarme con el Puebla hizo que parara casi seis años, sin trabajar. A mí me despidieron en la Jornada 10 y a la hora de entablar las pláticas para los pagos finales, no se me pagó ni un centavo, ni la pretemporada, ni el campeonato, nada; no hubo un finiquito. Yo no lo iba a firmar hasta que me pagaran”.
Explícanos, ¿qué pasó?
En aquel entonces, en complicidad con la Federación Mexicana de Futbol, que en ese entonces presidía Alberto de la Torre, fui víctima de ese proceso, no se me pago y no me daban trabajo. Fui una víctima, pero hay otros a los que les ha con- venido, todo depende si te atienes a ese tipo de reglamento no escrito, en el que tienes que ser parte de esta familia sin repelar.
El es ilegal
Ha existido muchos años y es una forma en la que los equipos se han podido mantener juntos sobre la misma idea de lo que tiene que ser una competición que priva en México; esto ha sido injusto para muchos y justo para otros, todo depende de cómo se le vea. Lo que sí es que escapa de este pacto de caballeros, que no es un pacto que está escrito ni nada por el estilo, escapa de las mejoras o reglas que ha impuesto la FIFA para aquellos jugadores y hasta entrenadores que han sido perjudicados, en su momento, por esta situación.
¿Ha cambiado en estos años el manejo de los futbolistas? Es algo no escrito y es una forma en la que los directivos y las personas encargadas de los equipos han defendido su postura. Les gustaba la forma de trabajar de anteriores jefes, donde había un sentimiento de posesión de las famosas cartas, que ahora han sido suplidas por las cláusulas de rescisión, es lo que ha cambiado en las reglamentaciones.
¿La Asociación de Futbolistas Mexicanos podrá terminar con esta práctica?
Esta asociación parece que es más seria, más enfocada y más unida; han sabido hacer mejores negociaciones con directivos. Espero que sea en beneficio de ambas partes, porque para que los tratos sean buenos,
_ deben ser así. La asociación está trabajando bien, ojalá que en su capacidad de gestión haya suficientes recursos para que puedan salir avante de este proceso que ha sido largo”.