La gran posibilidad de Darío Benedetto
Boca Juniors. Todos los reflectores apuntan al delantero argentino en la Final de ida de la Libertadores; en un año muy complejo, ha superado un trajín de varias lesiones
Hace precisamente un año, Darío Benedetto sufría como pocos, lo peor que puede otorgarte el futbol: las lesiones que te mantendrán ausente. Quizás en uno de los mejores momentos de su carrera, el ariete de Boca Juniors y la selección argentina, veía cómo tenía que salir sustituido ante Racing, en campo propio y con una posible rotura de ligamentos como diagnóstico. El panorama era adverso y más aun, con el Mundial a la vuelta de la esquina. El Pipa había ganado terreno en La Albiceleste.
Así fue. Los gestos de lamento de Darío, tendido en el césped de Boca, colocándose ambas manos en la rodilla izquierda cumplieron con la peor predicción. Benedetto pasó ocho meses fuera de los campos, hasta que a mediados de julio pasado volvió para enfrentarse al Independiente de Medellín, en encuentro amistoso. Era una buena prueba para tentar terreno sobre sus avances. Ingresó de cambio y a los pocos minutos volvió a abandonar el terreno de juego, resintiéndose de molestias en la rodilla.
Fue hasta el 30 de agosto de este año, que ya recuperado en su totalidad, Benedetto vio acción con Boca. Darío disputó algunos minutos del duelo ante Libertad, en los octavos de final de la Copa Libertadores. Recuperado física y anímicamente, el ariete sirvió dos asistencias, que funcionaron para que los xeneizes le dieran la vuelta al marcador del juego de vuelta, frente a los paraguayos. Todo parecía mejorar. Sin embargo, los goles a nombre del Pipa serían el gran dilema por resolver. Se trataba de una cuestión de confianza.
A Benedetto le costó recobrar el ritmo, sobre todo con la competencia en ofensiva de Boca Juniors. Pero nunca bajó los brazos. Con un tipo como Guillermo Barros Schelotto en el banquillo, Darío recobró el gol y en qué momento. El pasado 24 de octubre, en la ida de las semifinales de la Libertadores, ante el Palmeiras, al minuto 32, con una posible lesión de Ramón Ábila, el Pipa fue requerido. Sería una noche inolvidable. Como quien se reencuentra con un familiar querido, el ariete celebró el doblete que firmó en campo propio.
aaAl 83', Benedetto cabeceó una pelota casi fortuita, con lo que venció a Weverton, el arquero brasileño. Cinco minutos más tarde, cuando todo el estadio festejaba una mínima ventaja, Darío volvió a quedar de frente al área de los visitantes y sin dudarlo, como en los viejos tiempos, disparó contundente. Esa noche, Boca le dio forma a su pase a la gran final; el destino y el mismo futbol se encargarían después de que fuera River Plate el sinodal. "Es como si hoy hubiera debutado", comentó.
Con estancia desapercibida
La presencia de Darío Benedetto en México no pasó desapercibida. Se sabía y se comprobó de su calidad como goleador, del olfato afinado y, sobre todo, su contundencia. A mediados de 2013 recaló en Tijuana, para reforzar el aparato ofensivo de Xolos. El atacante llegó a la frontera procedente de Arsenal de su país; su carrera contemplaba un recorrido modesto, con presencia en
“Es mérito de Boca y River haber alcanzado esta instancia; no será sencillo afrontar una final tan peleada”
“Es como si se tratara del clásico español; cuando se está en dicha instancia, no hay ventaja que valga” Guillermo B. Schelotto Entrenador de Boca Juniors
“Cuando arranqué mi carrera, me costó mucho consolidarme; jugaba un partido y después, a la banca”
“Boca ha sido mi mejor etapa profesional, a pesar de todo lo malo; la afición me ha apoyado siempre”
Darío Benedetto
Delantero de Boca Juniors
En México se sabía de su capacidad goleadora, pero se infravaloró su nivel
cuadros como Defensa y Justicia y Gimnasia de Jujuy. Bajo el mando de Antonio Mohamed y César Farías marcó 23 anotaciones.
A inicios del 2015 arribó al América. Las Águilas, siempre acostumbradas a tener referentes, aunque sean de recién ingreso,
_ exigió de Benedetto su m ejor versión. En un año y medio en Coapa, Darío consiguió 17 dianas. Aún así, su rendimiento era minimizado. El argentino buscó su salida y apareció Boca Juniors.