Fraile. De no haber sido político, sería un comerciante
Al ser bibliófilo apasionado, con énfasis en la historia de México, Fraile revela que sus primeros pasos en la política surgieron no por la Administración, “sino por grilla, mucha grilla. Nos metimos muy en serio al concepto de estar en la pelea”
Francisco Fraile García es un bibliófilo apasionado y entendido sobre la historia, en especial, la de México, cuya biblioteca tiene dimensiones inimaginables y donde se puede encontrar auténticas joyas literarias; al mismo tiempo, el político es un coleccionista de estatuillas que representan a su
apellido paterno: frailes.
En el primer caso, narra que su interés por conocer la reseña de nuestro país surgió por los consejos que recibió de sus maestros de secundaria y preparatoria. “Tuve maestros extraordinarios que conocían mucho de historia, no la oficial, sino la otra historia, la que no se cuenta. Yo le escuché en 1965-66, al señor Landa decirnos con todas sus letras, “miren, la historia la escriben los vencedores y, lamentablemente, se trata de borrar a quien vencieron”. La historia se debe de analizar de parte de los vencidos y por parte de los que vencieron, porque en eso vas a encontrar el equilibrio. La historia no la hace un solo lado”.
De esta forma, dijo que de no haber sido político, seguramente sería comerciante por seguir los pasos y enseñanzas de su padre, quien tenía una comercializadora; “pero me venció la política, para mí fue algo hermoso la política, pero hacer política”.
- ¿Cuál es tú pasión?
“Los libros, la lectura. Tengo una colección que inició en 1967 y suman más de 550 los que reseñan la historia de México, pero hay muchos más de diversos temas”, afirma Fraile.
Para dimensionar el valor de sus libros, Fraile García detalla que en fechas recientes encontró la orden que emitió en el siglo XIX “el general (Antonio López de) Santa Anna, que entonces era presidente de México, para encontrar un príncipe extranjero para el país (... ) en un libro muy viejo de 1969 o 1970”.
En tanto, menciona que alrededor de 60 figurillas conforman su colección, al ser justamente las más preciadas por su valor sentimental, las que iniciaron su cúmulo, ya que fueron adquiridas por su esposa en un viaje que realizaron a San Diego. Sin embargo, aclara que él las eligió y gestionó su venta, pues sólo estaban en exhibición. “El resto las he ido adquiriendo en diferentes partes”, afirma Francisco Fraile.
El administrador de Empresas y actual catedrático en la Upaep cuenta que, al menos, dedica tres horas diarias a la lectura para preparar sus temas. “La mayor parte de mi tiempo la dedicó en investigación”.
Presume que su pasión por la lectura le permitió publicar algunas obras, entre ellas: “¿Y los obreros qué? Seguimiento histórico del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen”, del cual contempla retomar la investigación.
Ahora, trabaja en la investigación de un pleito entre la República de Indios y la República de Españoles por la posesión de un cristo, Señor de los Corazones.
- ¿Cómo fue que incursionaste en la política?
“Mi formación en la UAP no fue Administración, sino grilla, mucha grilla. Nos metimos muy en serio al concepto de estar en la pelea política”, revela.
Fraile agrega que a su casa acudían algunos amigos y a quienes un día, en un pizarrón, puso una línea en medio y les dijo esto es lo que tenemos en el país: un autoritarismo tremendo con Díaz Ordaz, un control de medios pavoroso, la guerrilla o meternos a la vida privada en los negocios, ‘y les pregunté ‘¿qué quieren elegir?’ (…) Todos nos inclinamos por la política”.
Menciona que por la amistad que mantenía con Guillermo Pacheco Pulido, intentaron incursionar en el PRI, pero una mala experiencia para conformar su plan de trabajo, los hizo abandonar el proyecto.
Por ese motivo, se encaminó al PAN, al cual ya estaba afiliado, porque en 1974 en Acatlán de Osorio se le acercó José Ángel Conchello para ofrecerle su integración. “Estaba tomando un refresco y un hombre se acercó a mí y me dijo, ‘¿no le gustaría a usted ser panista?’, ‘¿qué es eso?’, ‘Es el partido político opuesto al PRI’, ‘Oh sí y ¿qué tengo que hacer?’, ‘Sólo inscribirse’. Que saca la credencial que pone el nombre
“Tuve maestros que conocían mucho de historia, no la oficial, sino la otra historia”
“Un día, un hombre se acercó a mí y me dijo, ‘¿no le gustaría a usted ser panista?”
y que la firma. ‘Le pone usted la fotografía y que se la sellen en Huajuapan”.
- Sí no te hubieras dedicado a la política, ¿qué harías? Seguramente sería comerciante, esto por seguir los pasos y enseñanzas de mi padre, quien tenía una comercializadora que le dejaba bueno dividendos, “pero me venció la política, para mí fue algo hermoso la política, pero hacer política”, sin embargo, lamentó que exista un fenómeno curioso en esta actividad: “Todos son amigos tuyos hasta que compites con ellos o creen o creemos que tenemos que competir”.
Pese a ello no reniega de su decisión, aunque sí extraña las prácticas de antaño cuando “había la obligación de ir a ver a los ojos del otro, ir a decirle soy yo, aquí estoy, soy de carne y hueso (...) Esa dimensión de lo humano
_ y no la dimensión electrónica”. Afirma que este contacto personal los políticos lo han perdido. “Lo volvió a hacer López Obrador, por eso nos ganó los espacios”, finalizó.