Di por qué, dime “abuelita”
Atiende a las audiencias al mismo tiempo que las informa y las emociona.
Las cosas simples son las más extraordinarias como Abuelita linda, uno de los mejores programas de televisión de todo el mundo. ¿Qué es Abuelita linda? Una emisión en donde la periodista española Verónica Zumalacárregui recorre México visitando a nuestras ancianitas para que le compartan sus secretos de cocina. ¿Dónde, cuándo y cómo pasa? Se transmite los miércoles, como hoy, a las 20 horas por el canal El Gourmet. ¿Por qué es uno de los mejores programas de televisión de todo el mundo?
Porque atiende a las audiencias al mismo tiempo que las informa y las emociona con un contenido que todos llevamos en nuestro ADN, que a todos nos interesa, que a todos nos mueve sentimientos y que, curiosamente, nadie se había atrevido a manejar o a manejar así. ¿Cuál? La profundísima relación que existe entre nuestros corazones y lo que nos daban de comer nuestras abuelas cuando estábamos chiquitos.
No existe ser humano que no suspire recordando ese platillo, ese postre o esa bebida que le preparaban sus abuelas en la infancia.
No hay nadie que no sueñe con volver a probar esos sabores, esa sazón, con volver a sentir ese amor, con volver a vivir esas reuniones, esas fiestas, esos momentos que nos marcaron para siempre.
Abuelita linda es eso y más. ¿Sabe usted la importancia que tiene para un país como el nuestro, donde la gastronomía es patrimonio intangible de la humanidad, que un canal de televisión vaya, investigue y preserve esas recetas, esas historias y esos secretos?
Lo que está haciendo El Gourmet es una aportación sin precedentes, una combinación de programa de entretenimiento con la creación de una suerte de enciclopedia gastronómica social.
Es una locura, una dulce locura que reconoce el talento, la labor y el amor de nuestras abuelas mexicanas.
Ver a esas señoras de esos pueblos y de esas ciudades triunfando en televisión nacional e internacional es la cosa más hermosa del universo.
Porque nunca nadie se había acercado a ellas así, con esa humildad, tratándolas con ese cariño, con ese respeto y dándoles su lugar como las inmensas creadoras que son.
Y todas lucen preciosas, inteligentes, y todas se roban nuestros corazones.
Soy el fan número uno de Abuelita linda porque me hubiera encantado que alguien, en su momento, se hubiera acercado a mis abuelas para pedirles sus recetas y sus secretos de cocina, y que los hubiera preservado para la posteridad.
Porque no se trata nada más de visitar señoras y entrevistarlas, se trata de hacer un trabajo periodístico profundo, se trata de homenajearlas y ahí es donde la participación de Verónica Zumalacárregui se me hace atinadísima.
Verónica no solo es una periodista como las mejores, se nota que es un ser humano excepcional que se entrega a cada una de sus entrevistadas y que teje unos lazos tan profundos que, además de obtener la información, hace que uno desde casa se involucre emocionalmente.
Esto que le estoy diciendo y que suena tan básico no lo logra nadie. Verónica es un prodigio de comunicadora. Jamás me cansaré de escribirlo porque estoy convencido de que este medio sería mejor si hubiera más mujeres como ella.
Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, Abuelita linda tiene una producción de lo más entrañable donde vemos a las abuelas y a sus familiares en la cocina, en los mercados y, por supuesto, conviviendo con la más maravillosa alegría.
Los televidentes de El Gourmet contactan al canal, proponen a su abuelita y luego viene la grabación del programa. No sabes usted, en serio, qué cosa tan más divina. ¿Entonces por qué comencé esta columna afirmando que las cosas simples son las más extraordinarias? Porque este concepto está hecho de la manera más sencilla que usted se pueda imaginar.
Por lo mismo, puede ser visto y apreciado por espectadores de cualquier lugar o de cualquier plataforma sin importar si son ricos, pobres, cultos o incultos. Todos tenemos o hemos tenido una Abuelita linda. ¡Todos!
¿Cuál es la nota? Que desde la semana pasada El Gourmet está transmitiendo la segunda temporada de esta
_ joya de la televisión mundial.
¿Me promete que la va a ver? ¿Me promete que la va a sintonizar esta noche?Por favor hágalo. Le juro que no se arrepentirá jamás. Va mi palabra de por medio.
No existe ser humano que no suspire recordando ese platillo, ese postre que le preparaban sus abuelas