Los medios nos atacan
El Presidente electo habla como si fuera de la oposición, militante arrinconado, sin tribuna, sin voz, un hombre que lucha por obtener un espacio en los medios, el cerco informativo y toda la cosa, un solitario en el desierto del duopolio
Con la pena, pero Proceso ha puesto una pleca en Flandes, ¿o cómo era? En su más reciente edición, los editores de la revista se refieren a las declaraciones del Presidente electo: “somos libres y la libertad implica mensajes de ida y vuelta, porque se habla de la libertad de expresión y se niega el derecho de réplica. Quisieran estarnos cuestionando y que nos quedáramos callados. No. No va a ser así. Tenemos que debatir, de manera respetuosa, pero tiene que haber diálogo circular, y libertades plenas y para todos: para el que critica en los medios y el que es criticado tenga el derecho de réplica, y voy a ejercer ese derecho y que nadie se sienta ofendido, lo voy a hacer de manera respetuosa”.
Gil se dio un manazo fuerte en la frente. El Presidente electo habla como si fuera un hombre de la oposición, un militante arrinconado, sin tribuna, sin voz, un hombre que lucha por obtener un espacio en los medios de comunicación, el cerco informativo y toda la cosa, un solitario en el desierto del duopolio.
Gil informa, por si fuera necesario, que el presidente Liópez detenta el poder, y qué poder, tiene el dinero para acercarse a los periódicos, los noticieros de radio, los canales noticiosos de la televisión, domina las formas conocidas y desconocidas de presionar a los medios, podría dar un manotazo como suelen darlos los presidentes, hombres de mucho poder.
Así las casas (muletilla patrocinada por el no tan olvidable Grupo Higa), el Presidente electo no debería pedir un extraño, falso, abusivo derecho a réplica. Todos los días las primeras planas de los periódicos, los noticieros de la televisión, de la radio cubren, glosan, parafrasean, explican las declaraciones del Presidente electo en las escaleras, en las salas de espera del aeropuerto, en las banquetas, en las conferencias de prensa, en la red. ¿Derecho de réplica? Dios de bondad. ¿No es un poco demasiado?
La pleca
Aquí es donde Proceso ha puesto la pleca en Flandes, al responderle esto al Presidente electo: “Proceso nunca le ha negado a nadie el derecho de réplica. Hemos decidido tomarle la palabra al Presidente electo: que exista el diálogo. Como periodistas que somos, ateniéndonos a las reglas del oficio, le solicitamos formalmente una entrevista con Proceso, con plena libertad para ambas partes. Abordaríamos los temas principales de la agenda nacional, entre otros uno elemental para que se conozcan las reglas del juego: cómo será las relaciones entre los medios de comunicación y el poder público en tiempos de lo que él llama la Cuarta Transformación”. Aigoeeei.
¿Saben qué? Los editores de Proceso han acertado. ¿Quiere usted debatir? Vamos a debatir. Como del dicho al hecho, Jesús Ramírez, inminente vocero, afirmó que de ninguna manera el Presidente electo le otorgaría una entrevista a Proceso.
Y tan tan, se acabó el afán de réplica, y la libertad, el diálogo circular, y en fon. A esto se le llama una pleca en Flandes. Y no nos engañemos, la lectora, el lector y le lectere saben que el periodismo de Proceso no es santo de la devoción de Gilga. La revista Proceso se ha negado a convertirse en prensa oficial, elogiosa, de incienso. Gil se pone de pie y se quita el sombrero.
Fosas
Gil se ensombreció con esta noticia de su periódico Reforma, y si dice ensombrecer es una verdad de verdades: “entre 2006 y 2016 las fiscalías estatales encontraron al menos mil 978 fosas clandestinas en 24 estados del país. “De acuerdo con una investigación periodística, las fiscalías recuperaron 2 mil 884 cuerpos, 324 cráneos, 217 osamentas, 799 restos óseos y miles de fragmentos de huesos que corresponden a un número indeterminado de víctimas. Esta cifra rebasa con mucho la información dada por el gobierno federal”.
Muertos y muertos, y restos y restos. Algo hicimos muy mal. Y no hay una política clara contra la violencia, salvo que
_ pensemos que la amnistía servirá de algo. Un grito desgarrador hizo añicos el silencio en el amplísimo estudio: ay, mis hijos, destanteados y perdidos.
Todo es muy raro, caracho, como diría Séneca: Todo poder excesivo dura poco.
Liópez no debería pedir un extraño, falso, abusivo derecho a réplica; Dios de bondad, ¿no es un poco demasiado?