Seguridad y paz
El pasado miércoles 14 de noviembre, un día antes de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidara en su totalidad la Ley de Seguridad Interior, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, presentó su Plan Nacional de SeguridadyPaz.Unapropuestaquetienecomoobjetivoatender uno de los principales problemas de nuestro país: la violencia, la inseguridad pública y la violación de los derechos humanos. Una propuesta realista, que asume la grave situación en la que nos encontramos y utiliza los elementos disponibles para hacerles frente de la mejor manera posible.
Desde 2006 se instaló en el país un creciente escenario de violencia, inseguridad e impunidad, ocasionado por tres variables fundamentales: un modelo económico que provoca la desigualdad y la polarización social, que entre otras cosas ha provocado la cancelación de oportunidades a millones de jóvenes y la devastación del campo mexicano; la creciente corrupción en todos los ámbitos y niveles de la administración pública; y la aplicación por doce años de una estrategia fallida en materia de seguridad pública. El resultado: una violencia en creciente aumento, corporaciones policiales ineficientes, corruptas y, en muchos casos, infiltradas por el crimen organizado.
El Plan de Seguridad incluye ocho aspectos sustanciales y deben analizarse de manera integral: erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia; garantizar empleo, educación y salud; garantizar el respeto y promoción de los derechos humanos; la regeneración ética de la sociedad, por medio de una constitución moral; reformular el combate a las drogas; la construcción de la paz, por medio de la adopción de mecanismos de justicia transicional; la recuperación de las cárceles y su dignificación; y un nuevo plan de seguridad pública, que tiene como eje la creación de una Guardia Nacional.
La propuesta de crear una Guardia Nacional ayudaría a resolver dos problemas que se tienen plenamente identificados. Primero, los vacíos legales en los que operan las Fuerzas Armadas en la seguridad pública; y segundo, la carencia de una institución policial profesional y capaz de afrontar el desafío de la inseguridad y la violencia. Una Guardia Nacional encargada de prevenir y combatir el delito en todo el territorio nacional, dotada de la disciplina, la jerarquía y el escalafón propios de los institutos castrenses. Sus integrantes provendrán de las policías militar y naval; de la Policía Federal y, adicionalmente, se convocará a civiles y a elementos de tropa para que se integren.
A la capacitación teórica, práctica y al entrenamiento físico, se agregaría una formación académica y práctica en procedimientos policiales, derecho penal, derechos humanos, perspectiva de género, primeros auxilios, protección civil y otros conocimientos necesarios para el buen desempeño de los elementos. Debemos reconocer que los institutos militares son los únicos que tienen el personal, la capacidad, el espíritu de cuerpo y las instalaciones requeridas
_ para iniciar la conformación de la Guardia Nacional desde el primer día del nuevo gobierno y, simultáneamente, a capacitar a los futuros integrantes de la institución. Se trata de una propuesta seria y responsable, en donde se pone como prioridad la necesidad de brindar seguridad a la población.
El Plan de Seguridad incluye ocho aspectos y deben analizarse de manera integral