Enrique Norten. Medalla al maestro del espacio público
El colaborador de MILENIO concibe la ciudad del futuro como "inclusiva, plural y diversa"; para su colega español Miquel Adrià, se trata del “mayor exportador de la arquitectura mexicana”
Lidia Camacho, titular del INBA, encabezó la ceremonia en el Museo Tamayo.
En una entrevista reciente, el arquitecto Enrique Norten afirmó que en nuestros días “la arquitectura se ha vuelto un destino. Pero no creo que lo más extraño sea lo mejor. No creo que tengas que hacer la cosa más extraña, la más inesperada para lograr crear buena arquitectura”.
Ayer en la noche su obra, que hermana la estética con la funcionalidad y la vinculación social, fue reconocida con la Medalla Bellas Artes en una ceremonia celebrada en el Museo Tamayo. El acto sirvió de contexto también para la presentación de un libro que reúne lo más representativo de su obra arquitectónica y diversas reflexiones sobre el papel social de su disciplina.
Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, dijo que “actualmente México cuenta con grandes arquivo tectos que, en la práctica y en la teoría, han sabido congregar un conjunto de estilos y maneras de crear espacios, no solo funcionales sino inéditos y, en muchas ocasiones, deslumbrantes”.
Antes de entregar la medalla a Norten, la funcionaria afirmó que su “talento, rigor, creatividad, pasión y responsabilidad en cada uno de sus proyectos lo han convertido en uno de los arquitectos mexicanos con mayor proyección internacional”.
Profesional innovador
La presea fue otorgada a un arquitecto partidario del sentido cívico y social, un artista que ha pregonado la generación de espacios públicos para el bien colectidiscurso; y la formación de una identidad cultural.
En lo que el moderador Xavier Guzmán Urbiola calificó como un “diálogo de amigos”, su maestro, el arquitecto Francisco Serrano, recordó a Norten como “un muchacho brioso, que todo quería saber y que cuestionaba muchas de las cosas que estábamos enseñando, y eso es algo que sigue haciendo”.
Lo calificó como un “profesional innovador y de vanguardia” por su forma de usar los materiales. A manera de ejemplo, habló de su trabajo en el Hotel Habita, donde utilizó "una arquitectura de hoteles que tuviera otro sentido, sobre todo con los espacios lúdicos, algo que no era común en México".
Su colega Miquel Adrià calificó a Norten como el “mayor exportador de arquitectura de México. La arquitectura se piensa: primero, el concepto; después el dibujo, la imagen; si cabe, la construcción. La arquitectura de Enrique Norten condensa todo el es resultado de estrategias donde nada se deja al azar”. En su obra, agregó, “hay orden y transparencia”.
El homenajeado habló sobre “la arquitectura como una experimentación constante que nunca para”. Aseguró que a través de su trabajo con otros colegas “hemos tratado de proponer una ciudad que no es una aglomeración de objetos, la ciudad que no son cotos desarticulados, que no son lugares diferenciados, que no es un sitio donde vivimos separados y vivimos desarticulados los unos de los otros”.
El arquitecto refirió que, dado que en un futuro muy cercano el 80 por ciento de la gente vivirá en las urbes, él concibe “el futuro de la ciudad de una manera muy positiva: la ciudad inclusiva, la ciudad plural, la ciudad diversa que
_ todos compartamos. Yo los invito a participar en esta transformación, ofreciendo lo mejor de cada uno de nosotros. Los invito a que seamos críticos, la crítica generalmente es constructiva”. La biblioteca reconfigura el espacio público para detonar comunidades. Edificio de usos múltiples que se erige como un condensador urbano a partir de una gran plaza central. Plantea una nueva forma de ocupar inmuebles históricos para resignificar y reutilizar sus espacios.
“No creo que lo más extraño e inesperado sea lo mejor en arquitectura”
El edificio reinventa la infraestructura de servicios jurídicos a partir de una expresión simbólica.