¡Déjense ahí!
Quizá porque escribo estas líneas en La Paz y en algo me inspira el sosiego que cubre esta geografía alucinante, generosa y dulce. Quizá porque evoco a las tibias y leves olas bajacalifornianas bañándome el cuerpo, pienso que es momento de meterle freno de mano a todas estas broncas, agrios debatillos y discusiones bizantinas que salpican ferozmente en la vida cotidiana, el Twitter y demás redes sociales, cual cardúmenes de pirañas disputándose la carroña. Y es que nomás no le bajan a sus gruñidos ni siquiera en días de descanso que siguen ocupando para pelearse los adictos a la cuarta transformación y sus detractores más aguerridos.
Dado el nivel del melodrama ranchero que se ha desatado en forma de un encendido intercambio de vómitos y mentadas entre los dos polos polarizados de la polarización ideológica, es momento de que las autoridades tomen cartas en el asunto. Si bien es cierto que la posibilidad de acuerdos de unidad son prácticamente imposibles de alcanzar dada la proliferación de ardillas de uno y otro bando, no se debe de posponer la instalación por decreto de un “Hoy no circula” para estas madrizas, antes de que sea demasiado tarde.
Bueno, hasta los que estaban de asueto en lugares paradisíacos, o los que bailoteaban en el Corona Capital, no dejaron de aprovechar sus momentos para chingarse a sus acérrimos enemigos.
Digo, que por lo menos los fines de semana la gente le baje tres rayitas a sus histerias y neurosis para que sea posible llevar una convivencia sin connivencia más o menos sensata. Escapar ala lógicadel abronca perpetua aunque sea por un ratito entre chairos y derechairos, amlistas yantí lo pez, porque esto se ponepeor que un clásico Pum as-América.
Y el que rompa el debido proceso frente a este mandato, que sea condenado a pagar comisiones bancarias a _la
quinta potencia, para que duela. Es increíble que ambos bandos de forajidos no hayan aprovechado las ofertas del Buen fin para comprarse una vida. O dos. Estoy seguro de que en esa materia había también meses sin intereses.
¡Déjense ahí!
Es momento de que las autoridades tomen cartas en el asunto de la polarización