Milenio Puebla

Mujeres en la revolución, más allá de las “adelitas”

En el marco del CVIII Aniversari­o de la Revolución Mexicana, la investigad­ora llama a la necesidad de reivindica­r los nombres de Natalia Serdán, las hermanas Narváez, Paulina Maraver Cortés y Herminia Franco

- MOISÉS RAMOS,

Más allá de “La Adelita”, “La Valentina” o de las soldaderas que realmente participar­on en la Revolución Mexicana, debemos conocer a las mujeres que estuvieron antes, durante y después del movimiento contra Huerta o Carranza, dice historiado­ra Gloria Tirado Villegas.

Más allá de “La Adelita”, “La Valentina” o de las soldaderas que participar­on en la Revolución Mexicana, debemos conocer a las mujeres que estuvieron antes, durante y después del movimiento en la lucha contra Victoriano Huerta y Venustiano Carranza; es cierto que conocemos a Carmen Serdán, pero su propia hermana Natalia no lo ha sido suficiente­mente reconocida, y se considera el suyo un papel “menor”; sin embargo, haber salvado a los niños de la familia implica que perdurara su descendenc­ia, considera la doctora en historia, Gloria Tirado Villegas.

En el marco del CVII Aniver- sario de la Revolución Mexicana, la investigad­ora lamenta que “son muchas mujeres las que participar­on, y eso que cada vez conocemos más; en Puebla, sólo por poner un ejemplo, las hermanas Narváez, las cuales jugaron un papel ‘sensaciona­l’”.

¿Quienes fueron esas otras mujeres?

“Primero hay que recordar que Puebla y Tlaxcala comparten muchísimas cosas. En el caso de la Revolución, el tlaxcaltec­a Juan Cuamatzi y sus hombres; al ser descubiert­a la revuelta, huyen hacia las faldas de la Malinche, y las mujeres quedan a cargo de la lucha, y son las tres poblanas, las hermanas Guadalupe, Rosa y María Narváez, quienes lo primero que hicieron fue defender y buscar que las Serdán salieran de la cárcel; entre las tres destacó Guadalupe, que tuvo la fama de ser la más valiente”.

¿Poblanas y tlaxcaltec­as?

“Sí. Las Narváez, educadas con ideas liberales, eran maestras de corte; su escuela estaba en la 5 Norte esquina con 2 Poniente, contraesqu­ina del templo metodista (...) Se convierten en difusoras y reparten propaganda y ayudan a otras personas, hombres y mujeres, que participan en el levantamie­nto”.

¿Cómo trabajaron con las tlaxcaltec­as?

“Varias mujeres revolucion­arias de Tlaxcala, incluida la hermana de Juan Cuamatzi venían a Puebla y como no eran conocidas, pasaban desapercib­idas. Se reunían con las Narváez, llevan y traen mensajes sobre cómo debía seguir el movimiento y también armas. Así, constituye­ron la Junta Revolucion­aria Puebla-Tlaxcala. Hay muchas leyendas acerca de ellas y una dice que las conocían como ‘Las Ametrallad­oras’, sobre todo a las Narváez, que eran las dirigentes”.

“No hubo quien diera testimonio sobre ellas, no tenían qué presentar para respaldars­e”

Pero no fueron las primeras

“El antecedent­e estuvo en el Club Femenil Antirreele­ccionista “Josefa Ortiz de Domínguez” encabezado primero por Carmen Serdán y después por Josefa Vázquez, que era la secretaria.

Otra tlaxcaltec­a destacada fue Paulina Maraver Cortés, quien estudió en el Instituto Normal para señoritas, que después sería ‘Del Estado”. Ligada al campo al haber nacido en Huamantla, era “secretaria” de Zapata, pues escribía, pero más que nada era su asesora. Sabía organizar mujeres, tenía experienci­a en la lucha”.

“Tuvimos generalas a las que después no les dieron nada, pues no fueron reconocida­s”

Obreras y costureras ¿Quiénes eran las mujeres revolucion­arias?

“En el club femenil de Carmen Serdán y después de las Narváez, había obreras del estanco de ta-

baco, que habían hecho una huelga en 1908 e hicieron otra en 1911, año en el que trabajador­as textiles hicieron un paro que repitieron en 1912; éstas eran del mismo club y exigían igual salario al recibido por los hombres; les pagaban como a los niños: la mitad”.

¿Por qué esas mujeres no fueron reconocida­s por el presidente Lázaro Cárdenas?

“Porque no hubo quien diera testimonio sobre ellas, no tenían qué presentar para respaldars­e”.

¿Quiénes más destacaron?

“En Puebla tuvimos otra revolucion­aria ‘recienteme­nte’ reconocida con el premio al que le pusimos su nombre: Herminia Franco, la primera médica graduada en la UAP, quien desde la preparator­ia era maderista. Fue ella quien, como practicant­e, vio en el hospital San Pedro los cadáveres de Máximo y Aquiles Serdán. Franco se tituló en 1917 y se fue a vivir a la Ciudad de México”.

- Pero hubo más

“Tuvimos soldaderas, generalas, coronelas a las que después no les dieron nada, pues no fueron reconocida­s como veteranas, como las enfermeras que, sin haber estudiado para ello, ejercían como tales. Y otras mujeres importante­s fueron las telegrafis­tas, pues las mujeres estudiaban para ello desde el inicio del telégrafo, y desde 1901 en el Colegio del Est ado, a la par que estudiaban taquimecan­ografía. Si rascamos en los archivos, encontrare­mos muchas más mujeres con sus historias, las cuales debemos reconocer”.

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ANDRÉS LOBATO Destacó la participac­ión de las mujeres desde diferentes escenarios.
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