Saquen los de pastor
No se sabe con claridad matemática qué es más sospechoso, si la muerte de Héctor Beltrán Leyva en un penal de alta seguridad en México (dicen las malas lenguas que no tiene nada que hacer y menos credibilidad que querían callar al personaje que podía despepitar quién sabe cuántas fantasías animadas de ayer y hoy contra mi licenciado Peña, que se desayuna cuánticamente a sus críticos); los acuerdos a los que llegaron los restos de lo que queda del naufragio en el PRD a fuerza se sillazos por aquí, por allá (creo que si van a desaparecer al sol azteca de su logo, los perredistas deberían poner en su lugar a alguno de sus gorilitas arrojando un silla plegable de cantina); o el más reciente milagro de la cuarta transformación que, mientras fifís y amlovers se andan matando en redes sociales, arregló la bronquita con la NFL para que a pesar del perro oso que hicieron los organizadores, se consiguiera al menos que el otro año se pueda jugar un partido en el estadio Azteca con la condición de que su pasto no esté hecho un chiquero como el alma del alcalde de Tijuana, que a pesar de tener a la ciudad convertida en un matadero, todavía se pone a gritar que los migrantes son un peligro para México; o la polémica desatada por el nuevo logotipo del Gobierno de Ciudad de México, que a pesar de su fealdad, inspirado en el Código Mendocino, aunque una banda de metal macizo llamada Neural FX se dicen plagiada a un nivel casi que apoteósico. Bueno, ni los Stones la hicieron tanto de jamón como cuando los de The Verve se montaron en una de sus melodías.
No hay certeza jurídica para responder este dilema, pero cabe señalar que a pesar de las ganas que doña Claudia tiene en desaparecer el viejo logo mancerista (un empeño en el que se le apoya pues ya nos urge enterrar ese triste sexenio de la CdMx), debería poner un poco más de cuidado en no agarrar cualquier cosa y menos de color verde.
Si ya urge, yo pondría como símbolo de la Ciudad de México un trompo de carnitas al pastor al que nadie le haría malos gestos.
Si ya urge, yo pondría como símbolo de CdMx un trompo de carnitas