“Cuidemos en manos de quien ponemos nuestra salud mental ”
Apropósito de mi artículo de la semana pasada en la que abordé el tema de presuntos abusos al interior de los grupos de AA, recibí varios comentarios en el sentido de que el programa de los 12 pasos es infalible si se practica en su totalidad y que las fallas en quienes tropiezan se deben a que han dejado de aplicar los principios como un todo en sus vidas o han hecho de su asistencia al grupo una especie de club social, que los custodios y servidores deberían cuidar para que la existencia de la agrupación sea para dar salud y honrar el legado de los viejos veteranos que co crearon este maravilloso hallazgo para la recuperación de millones de adictos y sus familiares.
Uno de los clichés más usados en estos grupos y que me viene a la mente en este momento dice: “la palabra convence pero el ejemplo arrastra”.
Más allá de AA, en el mundo exterior, en una sociedad que busca cada vez más respuestas a sus interrogantes existenciales, en las últimas décadas han surgido por todo el mundo motivadores bajo la modalidad de coaches, guías espirituales, maestros y similares, que con una gran facilidad de palabra encantan a la audiencia y la convencen de que ellos tienen la fórmula de la felicidad.
En este espacio siempre me he manifestado en contra del guruismo y la charlatanería que lucra con las carencias humanas y hace de la “venta de espejitos” una aparente necesidad en las personas.
“No importa cuántas palabras sagradas hayas leído, no importa cuántas has dicho, no sirven de nada si no actúas de acuerdo a ellas”, decía Buda.
En efecto me parece que antes que buscar los certificados o títulos que posea quien te ofrece ayuda en tu desarrollo personal, además de hacer rapport terapéutico (química como le llaman), hay que analizar su entorno, congruencia, coherencia, experiencia en los temas de tu tipo y su trascendencia.
Alguien que habla muy bonito y rimbombante, que dice estar en el despertar y en la evolución, es muy simple de ubicarlo en lo que pudiera serte de ayuda, si lo sometes a una prueba de humildad y servicio que pueda expresarte más que su inmenso currículum.
Cuidemos en manos de quien ponemos nuestra salud mental y emocional. En efecto, el ejemplo arrastra.
“Siempre me he manifestado en contra del guruismo”