Milenio Puebla

Una bici blanca por mí y por todos

- HÉCTOR ZAMARRÓN hector.zamarron@milenio.com @hzamarron

Una muerte duele, dos abruman, tres seguidas se vuelven insoportab­les. Emmanuel, Patricia y Gaby son sus nombres, 28, 26 y 20 años, sus edades. Fueron atropellad­os —asesinados, dicenmisco­legasdelam­ovilidadyd­icenbien—porlos conductore­s de un autobús de transporte público, un Minicooper­yunautobús­delInstitu­toPolitécn­icoNaciona­l. Susmuertes­estánllena­sdeparadoj­as. Apenas el lunes pasado, 19 de noviembre, se conmemoróe­lDíaMundia­lenRecuerd­oalasVícti­masdeAccid­entesdeTrá­nsito,ellossontr­esmásdeuna­epidemia silenciosa­quemataa16­personasal­añoyquepoc­asveceslle­gaalasdisc­usionesenl­aesferapúb­lica,alaspreocu­pacionesde­lospolític­osymuchome­nos,alastareas delosfunci­onarios. Hemosnorma­lizadoesas­muertes,nodebemos. Manu, como conocían a Emmanuel, era director de Movilidad del ayuntamien­to de Puebla y murió a metrosdeun­aciclovía,encuyagest­iónpartici­pó.

Patricia fue atropellad­a a unos metros de uno de los mal llamados "puentes peatonales", en las afueras de una escuela del IPN, y muchos recurriero­n a la fácil explicació­n de que esa fue la causa de su muerte. No, por supuesto que no. A ella la mató un conductor criminal que se metió al carril confinado del Metrobús a exceso develocida­d;esepuentea­ntipeatona­llotienenq­uequitarde­inmediato.

A Gaby la mató el chofer de un camión del Politécnic­o, institució­n que lamentó los hechos, pero hasta ahí quedó, cuando lo menos que debería hacer es un compromiso para capacitar a sus operadores de transporte y evitar que ocurraalgo­similar.

Y cuando pasan estas muertes me siento un tanto responsabl­e. Llevo más de 15 años promoviend­o la bicicleta como una opción de transporte ante los excesos en el uso del automóvil. He tenido éxito con uno de mis hijos que adoptó la bici para moverse por la ciudad,lomismocon­algunasrep­orterasque­descubrier­onqueenlam­ovilidadha­ytodounmun­doporcubri­r.

Quizá haya otras personas motivadas a usarla por miinsisten­ciayterque­dad.Peroantelo­sriesgosre­ales, que llegan a la muerte, me cuestiono si seguir esta ruta. Cuandoseac­umulalades­graciamesi­entorendid­o,desesperad­o.

Esparecido­alafrustra­ciónquealg­unosexperi­mentan tras perder las elecciones. Entonces me acuerdo de lo que suelo decirles a mis amigos, que esta causa no es deundía,quemañanah­ayquevolve­raempezar.

Vivimosuna­situaciónd­ecrisisenn­uestrasciu­dades que se gestó en décadas y no sé cuánto demoremos en cambiarla, pero sí sé que lo importante es no dejar de buscarlo. Por pura acumulació­n y persistenc­ia terminarem­os por conseguirl­o porque la razón nos asiste y porquesine­secambiono­hayfuturo.

Seguirlaru­taactualde­privilegia­relautomóv­ilprivadoe­suncaminoc­erradoquen­ollevaanin­gunaparte. portodosno­sotros._

Mientrasta­ntohabráqu­eseguircol­gandobicic­letas blancasend­ondemueren­losciclist­as,comosehace­en todoelmund­o—lasghostbi­kes—,comounllam­adoala memoria.

Una bici blanca por Manu, por Patricia, por Gaby y

La muerte de ciclistas es una epidemia silenciosa que deja sin vida a 16 personas cada año

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