El tigre más mimado
No sabemos si André-Pierre Gignac seguirá rindiendo como lo ha hecho desde que llegó al futbol mexicano durante los próximos tres años, tiempo que el francés firmó como ampliación de contrato con los Tigres.
Pero es lo justo, lo que una directiva agradecida con un futbolista que se ha convertido en una insignia de esos colores debe y debió hacer. Gignac cumplirá el próximo 5 de diciembre 33 años. Para un delantero que basa su éxito en la potencia y la velocidad,sonañosquecuentan.Sepuededecirqueentra de pleno en la veteranía.
Cualquier equipo poderoso se la habría pensado para ofrecerle a Gignac, y a cualquier otro jugador, un contrato por tres años. Lo usual es que a un tipo de 33 años se le ofrezca un contrato anual, mismo que se va renovando de acuerdo al rendimiento medido. Por eso lo primero que hay que destacar es la generosidad y congruencia de la directiva de los Tigres.
Lo segundo que respalda el magnífico anuncio de la prolongada continuidad del galo con los colores azul y amarillo, es que nadie lo trató tan bien como la directiva que lo trajo de Francia.
Ni el América, ni el Monterrey o el Cruz Azul, los otros tres equipos que junto con los Tigres, mayores presupuestos disponen para contratar jugadores cada seis meses, se situó en el rango de lo que los universitariosleofrecieronasufiguraparaquedarse tres años más.
Tampoco seguramente hubo ningún equipo del extranjero dispuesto a ofrecerle a Gignac tres años de contrato con el sueldo que los regiomontanos le dan. Luego hay que sopesar el amor y la identificación que han consolidado el jugador y la afición de su equipo.
HayqueversieljuegodeGignacevolucionanen elesquematácticodelTuca Ferreti.Acotejarsipuede jugar en una posición un poco más retrasada, no yadegoleador.AunqueesoserádespuésdelaLiguilla. Hoy está en gran plan.
Primero hay que destacar la congruencia y generosidad de la directiva de Tigres