Una forma de prolongar el alma
“La fotografía es la prolongación del alma. Una vez tuve una pena fuerte, al perder a una hija, y me dio por fotografiar angelitos muertos.
“En Dolores, Hidalgo, un señor tenía un angelito, entonces le pregunté si podía tomarle una foto y aceptó. “Después que enterraron a su hijito, en el cielo habían muchos pájaros, a los que les llamo ‘pájaros de la muerte’, y ahí sentí que la muerte me dijo: ‘¡Basta, Graciela. Ya basta!’ La fotografía es tan parte de mi vida...”