Milenio Puebla

Con gases y balas de goma frena EU a los migrantes

Ingreso fallido. Centenas de centroamer­icanos intentaron cruzar por el puente de El Chaparral; tras tres horas de no lograr su cometido, retornaron a los albergues

- JOSÉ ANTONIO BELMONT,

Centenas de centroamer­icanos intentaron cruzar por el puente de El Parral; 500 serán deportados: Segob.

Centenares de migrantes centroamer­icanos que se encuentran en Tijuana intentaron ayer cruzar hacia Estados Unidos por el puente fronterizo de El Chaparral, pero al llegar al lugar fueron repelidos por la Guardia Nacional con gases lacrimógen­os y balas de goma, lo que provocó un caos en la zona, que se prolongó durante casi tres horas.

A las 10 de la mañana comenzó todo: un grupo de aproximada­mente 500 indocument­ados, integrante­s de las diversas caravanas que desde octubre ingresaron a México procedente­s de Centroamér­ica, se reunió al exterior del albergue instalado en la unidad deportiva Benito Juárez.

En ese lugar, los migrantes convocaron a una marcha “pacífica” hacia el puente de El Chaparral. Los viajantes portaban mantas y cartulinas que tenían leyendas como: “No tener papeles no es un delito y no quita los derechos humanos” y “Trump we hate you not (sic)”.

Apenas comenzaron a avanzar, los centroamer­icanos, con las banderas de sus países de origen en la mano, gritaron: “¡No somos criminales, somos trabajador­es internacio­nales!”.

Sin embargo, a menos de un kilómetro de distancia, un contingent­e de la Policía Federal, compuesto en su mayoría por agentes de la división de Gendarmerí­a, detuvo el paso de los migrantes: unos 50 uniformado­s con casco y escudo se apostaron en el inicio del puente El Chaparral, que conecta a un kilómetro el cruce fronterizo que tenía como destino original la marcha.

Durante casi media hora no hubo movimiento. Los centroamer­icanos cantaron los himnos de Honduras, Guatemala y El Salvador, pero no seguían su camino y comenzó la desesperac­ión, que minutos después dio paso al caos: un grupo se dio cuenta que los costados del puente no fueron resguardad­os y comenzaron a avanzar por debajo.

Los mi grant es rebasaron fácilmente a los elementos de la Gendarme ría, quienes con sus escudos intentaron sin éxito contener a los centenares que pasaron corriendo para intentar alcanzar el sueño americano.

Enseguida cruza ron el río Ti juana, de pequeño caudal, por un par de pilares de concreto. En un primer momento buscaron llegar al puente El Chaparral, el punto que tenían más cercano, pero un grupo de la Policía Federal ya los esperaba del otro lado y les cerró el paso.

Después intentaron ingresar a EU por el cruce vehicular, en la garita de San Ysidro, pero ahora fue la Policía de Baja California la que bloqueó las inmediacio­nes.

Los centroamer­icanos siguieron corriendo y decidieron internarse en la colonia Libertad, la más cercana de Ti juana ala frontera. Para llegar, tuvieron que romper rejas, trepar bardas y cruzar unas vías de tren y un ferrocarri­l; ya estaban a unos cuantos metros del objetivo que la mayoría ha tenido desde que ingresó a México.

Para entonces muchos gritaban: “¡Ya llegamos!”, “¡Sí se pudo!”.

Luego de un par de minutos, los mi grant es se toparon con las primerasba­rras de hierro fabrica das a partir de rieles de tren, con una placa y púas enl apunta, pero eso no los desanimó, ni tampoco los agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Guardia Nacional estadunide­nse que ya patrullaba­n la zona, apoyados por un par de helicópter­os.

Decenas empezaron a trepar las vallas por las partes donde tenían púas en la parte más alta. Otros buscaron ingresar por debajo de la pared deme tal o por puntos débiles que identifica­ron.

Una decena de migrantes logró sortear la barda y, aunque tenían a los agentes armados a unos metros, no retrocedie­ron. Por ello, los guardias est ad u ni de ns estuvieron que lanzar les gas lacrimóg en opa raque treparan de nueva cuenta, ahora de vuelta a México.

Instantes después, los indocument­adosvolvie­ron a subir la valla, pero ahora fueron replegados con balas de goma.

Los centroamer­icanos permanecie­ron unos minutos más hasta que uniformado­s mexicanos los comenzaron a retirar del punto fronterizo, por lo que optaron por regresar a los albergues donde se encuentran alojados.

Mientras tanto, en Tijuana, la Policía Municipal detuvo a los “responsabl­es de estos actos”, al tiempo que la garita de San Ysidro fue reabierta hasta las 16 horas, tiempo local, cuando la situación estuvo totalmente controlada.

 ?? JESÚS QUINTANAR ?? Muchos de los integrante­s del grupo lograron escalar la barda, pero las autoridade­s de EU los obligaron a retroceder.
JESÚS QUINTANAR Muchos de los integrante­s del grupo lograron escalar la barda, pero las autoridade­s de EU los obligaron a retroceder.

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