Ética, deseo y desnudez
La ética, tanto como la bioética, han cuestionado las costumbres impuestas por siglos con la finalidad de encontrar formas de vivir más sanas y adecuadas para el ser humano. Quizá la más difundida costumbre entre los seres humanos, de manera extraña suele pasar desapercibida: la tenemos a diario frente a los ojos, pegada a la piel, y no la vemoscomolacosaextrañaque es: me refiero a la costumbre de vestir.
El vestir es una manera de alejarnos de la animalidad
Cubrirelcuerpoescomprensible en cierto tiempo y lugar, por ejemplo, en los lugares helados donde la nieve y el hielo son el medio en que se habita. Pero cubrir el cuerpo en países tropicales, y cubrirlo aún cuando el calor llega a ser insoportable, es una costumbre difícil de explicar: ¿de dónde surgió la idea de cubrir el cuerpo independientemente del clima?
Darse cuenta de la propia desnudez y sentir vergüenza por ella, es una idea que aparece en la Biblia.
Me parece que, en efecto, el vestir es una manera de alejarnos de la animalidad. No mostrar el cuerpo es evitar algo que puede causar deseos naturales enotros,ynosotros,lossereshumanos, erigimos respeto entre nosotros. Los deseos de los demás para con los cuerpos deben ser controlados y esa es la buena nota del ser humano frente a los animales: el autodominio que nos permite respetar a los demásyexigircastigoaquienesno lo hagan.
Esa sí es “la” nota del humano: la capacidad de posponer o anular un deseo por respeto al otro. Y si eso es lo que nos distingue
derechos._ de los animales, un violador estaría rompiendo el contrato social que le une a su comunidad. Un violador, al renunciar a suhumanidad,nodeberíatener los mismos