Lucia, el regreso
Lucia Berlin parecía bendecida con todos los dones que podría recibir alguien. Belleza, sencillez, talento, paciencia. De los hombros para arriba todo era armonía. Hacia abajo la perfección se hacía un poco pedazos por una escoliosis que desde los diez años la hacía verse un poco encorvada.
Allá por 1990, un día se dio cuenta de que respiraba con dificultad. Supo entonces que su retorcida columna vertebral andaba por sus pulmones. Los médicos le dijeron que tendría que caminar por la vida pegada a un tanquecillo de oxígeno. Unos 14 años después, la enfermedad le metió una impensada zancadilla. Lucia murió en 2004 en Los Ángeles devorada por un cáncer.
Algunos cercanos la despidieron como una señora que había tenido una vida desdichada, madre de cuatro hijos, divorciada tres veces antes de los 30, vagabunda alcohólica que había vivido siniestros episodios de delirium tremens, que había dormido en el piso de las celdas de las cárceles de los puebluchos, que había soportado hasta el cansancio las adicciones de sus parejas.
Hubo también quienes le dijeron adiós en aquellos días a esa hermosa mujer que viajó por medio país arrastrada por su padre y sus maridos, que trabajó como modesta telefonista, profesora de secundaria, empleada en hospitalitos, enfermera y encargada del aseo en casas de señoras ricas, mientras criaba a sus hijos y se sentaba a escribir de vez en cuando.
Pero fueron muy pocos quienes vieron irse discretamente a una escritora inteligente, aguda y sensible observadora que peleó a brazo partido contra la vida hasta encontrar un sitio como profesora universitaria después de ganarle la pelea al alcoholismo que la dominó durante diez años. Aunque desde muy joven publicó en periódicos estudiantiles sus relatos breves, doloridos a veces, sarcásticos, sacudidos por un humor algo fúnebre y a menudo atracados en el muelle de un final inesperado, no fue sino hasta su muerte cuando sus más cercanos encontraron sus escritos y los publicaron de manera organizada. El éxito de crítica y ventas no se hizo esperar.
Una recopilación de sus relatos que apareció en 2014, diez años después de su muerte, con el título de Manual para mujeres de la limpieza, no tardó en convertirse en un éxito editorial en los 30 países que adquirieron los derechos para su publicación. A la venta desde 2015 en español anda ya por las 16 ediciones.
Tal fue el éxito de Lucia entre los lectores que muy pronto se hizo de una legión de devotos que comenzaron a exigir más libros. La familia y los editores se dieron entonces a la tarea de rescatar otros textos de sus archivos. El resultado de sus búsquedas son una serie de relatos titulada Una noche en el paraíso y un volumen de apuntes autobiográficos, correspondencia y fotografías, Bienvenida a casa, que está viendo ahora la luz en inglés y que muy pronto estará a la venta en español.
“Fueron muy pocos quienes vieron irse a una escritora observadora que peleó a brazo partido contra la vida”