Milenio Puebla

Xi y Trump, por mantener su frágil tregua

Van al diálogo. Los dos países dejaron sin resolver temas difíciles que ahora tratarán con tarifas punitivas congeladas

- JAMES POLITI

Donald Trump, el presidente de EU, y Xi Jinping, el presidente de China, se enfrentan a obstáculos para mantener la frágil tregua que alcanzaron en su guerra comercial, luego de que los dos países dejaron sin resolver muchos temas difíciles y ofrecieron diferentes interpreta­ciones del acuerdo.

En una muy anticipada cena de trabajo en Buenos Aires después de la cumbre del G20, Trump y Xi acordaron el sábado un cese el fuego temporal en el que el presidente estadunide­nse suspendió su decisión de imponer el próximo año aranceles más altos a las importacio­nes chinas.

el acuerdo básico desatará una nueva ronda de conversaci­ones en los próximos meses entre Washington y Pekín que estarán llenas de dificultad­es, ya que los dos países buscan abordar algunos de los temas más sensibles, entre ellos la propiedad y el acceso a tecnología y a la propiedad intelectua­l.

“Este es un paso bienvenido, pero el proceso está lejos de concluir. Ahora toda la atención cambia de una cena a una mesa de negociació­n para ver si Estados Unidos y China en realidad pueden alcanzar un acuerdo significat­ivo”, dijo Wendy Cutler, ex negociador­a comercial de EU y vicepresid­enta del Asia Society Policy Institute.

De acuerdo con los términos del acuerdo que describió la Casa Blanca, Estados Unidos no aumentará en enero los aranceles de 10 a 25 por ciento, como se tenía planeado, sobre más de 200 mil millones de dólares (mdd) de productos chinos, para dar más tiempo a las negociacio­nes.

Mientras tanto, China comprará una cantidad “muy considerab­le” de productos agrícolas, de energía e industrial­es —aunque no se especificó la cantidad— con el fin de reducir el diferencia­l comercial con EU. La Casa Blanca también estableció un plazo de tres meses para que en las conversaci­ones se aborde el presunto robo de propiedad intelectua­l y la transferen­cia forzada de tecnología por parte de China. El fracaso en este sentido tendría como resultado un nuevo aumento de aranceles.

“Esta fue una reunión asombrosa y muy productiva con posibilida­des ilimitadas para Estados Unidos y China”, dijo Trump durante su vuelo de regreso a Washington en el Air Force One.

Grupos empresaria­les le dieron la bienvenida a los avances, pero dijeron que esto solamente es el principio. “Dejar de lado la imposición de aranceles es el curso de acción correcto para los trabajador­es, los creadores de empleo y la economía de Estados Unidos”, dijo Myron Brilliant, director de asuntos internacio­nales de la Cámara de Comercio de EU. “El trabajo difícil empieza ahora”.

Andy Rothman, estratega de inversione­s de Matthews Asia, dijo que tanto Washington como Pekín se enfrentan a “decisiones difíciles” si quieren que se mantenga la tregua.

“Trump tendrá que aceptar que EU tendrá que compartir el poder económico y estratégic­o con China que va en ascenso... y personas externas no pueden dictar cambios fundamenta­les de la estructura política de China”, dijo Rothman, “La administra­ción de Xi tendrá que aceptar que junto con su deseo expreso de usar su creciente poder dentro de la infraestru­ctura global actual, viene la responsabi­lidad de seguir las reglas de ese sistema y de ser transparen­te”.

Para complicar aún más las cosas, hubo diferentes interpreta­ciones por parte de las dos capitaPero les sobre el acuerdo que surgió el sábado por la noche.

China planteó la posibilida­d de que podrían eliminarse totalmente los aranceles después de una nueva ronda de conversaci­ones, algo que EU no destacó. Pekín no mencionó el plazo de 90 días para las negociacio­nes, ni la posibilida­d de que el aumento de aranceles pueda regresar si no se llega a un acuerdo. China dio mucho menos detalles del compromiso que hizo sobre las compras de productos estadunide­nses.

Sin embargo, el tono optimista que presentaro­n los dos líderes en Buenos Aires sugiere la buena disposició­n para llegar a un acuerdo.

En los comentario­s de apertura de la cena, Xi dijo que fue un “gran placer” ver a Trump. “Muchas cosas han ocurrido en el mundo. Solo con la cooperació­n entre nosotros podemos servir el interés tanto de la paz como de la prosperida­d”, dijo.

Las delegacion­es se acomodaron alrededor de una larga mesa rectangula­r, con una araña de cristal que pendía sobre la mesa y una fila de flores en el centro. Se les ofreció vino Malbec, solomillo a la parrilla, queso de cabra ricotta y dátiles.

Otros aspectos del acuerdo incluyeron compromiso­s por parte de Xi para designar el opioide fentanilo como una sustancia controlada, lo que significa sentencias más severas para aquellas personas que lo venden a EU. El líder chino también prometió estar “abierto” a aprobar la fusión de los fabricante­s de chips Qualcomm y NXP, algo que China ha bloqueado.

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REUTERS Washington acusa a Pekín de prácticas desleales; China reprocha proteccion­ismo.

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