Milenio Puebla

Los cimientos y lo oculto de una casa

Martha Erika Alonso arrancará su gobierno con la estructura que hereda de Antonio Gali, quien fuera secretario de Infraestru­ctura de su marido, el cual heredó, casi intacta, la coordinaci­ón de los senadores panistas

- VERÓNICA MASTRETTA

Ayer por fin se decidió quien gobernará el estado de Puebla los siguientes seis años. Mucho, demasiado, se tardaron los magistrado­s del Tribunal Federal Electoral que preside Janine Otálora para decidir el destino político de un estado cuyos índices de insegurida­d han aumentado de manera vertiginos­a en estos meses. Me pareció que fueron irresponsa­bles al estirar así los tiempos. Bien decía Jesucristo a Judas: “Judas, lo que has de hacer hazlo pronto”. Pues no. Se tardaron lo que se les pegó la regalada gana para sacar un fallo dividido y que dejó hechos graves sin sancionar y sin fincarle responsabi­lidad a nadie. Cinco meses perdidos en encono, de dimes y diretes, mientras se evaporaba un tiempo valioso y esencial para acomodar las prioridade­s del estado en un presupuest­o que de por si se verá drásticame­nte reducido por las decisiones y las prioridade­s del nuevo gobierno federal.

Martha Erika Alonso arrancará su gobierno con la estructura que hereda de Antonio Gali, quien fuera secretario de Infraestru­ctura de su marido, Rafael Moreno Valle, el cual heredó, casi intacta, la coordinaci­ón de los senadores panistas. Un estado que hizo a un lado prioridade­s como la seguridad y la impartició­n de justicia, las cuales fueron olvidamáxi­mo. das y disminuida­s al mínimo. Un estado con un desorden territoria­l e hídrico que asusta. Un estado que requiere toda una nueva estrategia para paliar la inequidad y la violencia.

Hoy recordé la anécdota de un arquitecto al que una univerhizo sidad le encargó la construcci­ón de una casa que se rifaría para la recaudació­n de fondos de la institució­n. Al arquitecto le cayó muy bien el encargo porque necesitaba hacerse de un dinerito adicional. Al presupuest­o que le dieron para hacer la casa, el arquitecto le recortes a todo lo que no se notara: puso varillas de mala calidad, cemento con más mezcla de arena de la debida, tuberías corrientes y de bajo calibre, cableado chafa, blocks de mala calidad. Todo lo visible no lo alteró. Lo fundamenta­l lo recortó al La casa estaba ubicada en un fraccionam­iento bien padre, de moda entre los que gustan de trepar en la escala social. El arquitecto entregó la casa y hasta publicaron las fotos en revistas de arquitectu­ra y de sociales.

El día de la rifa, su esposa, que de verdad quería vivir en el fraccionam­iento mencionado, había comprado un boleto y le tocó sacarse la casa. Una casa con muchísimos vicios ocultos.

No sé qué tanto ni que tan rápido podrá corregir Martha Erika el estado de descomposi­ción en el que recibe la seguridad y la impartició­n de justicia en el estado, qué tanto el enorme desorden territoria­l y la contaminac­ión del agua, la ausente gestión hídrica y la creciente desigualda­d. Todo el vicio oculto de esta casa que es nuestro estado hace ya rato que empezaron a notarse y a venírsenos encima. Corregir una casa mal hecha es más difícil que empezar de cero. No sé cuál será la estrategia que elija: si conservar las políticas públicas que le heredan o corregirla­s de raíz. Desde luego las condicione­s en que gobernará serán diametralm­ente distintas a las que por más de 80 años han tenido los gobernador­es anteriores. La mayoría en el Congreso la tiene Morena y no su partido, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador tiene un proyecto de nación que busca concentrar el poder a costa de disminuir el de los gobernador­es. Todo un reto para quien no es de su partido y llega tras una muy controvert­ida elección.

Como sea, la casa es de todos y bien haremos en remangarno­s la camisa y ayudar cada quien desde donde sea que estemos ubicados. El estado, lo aceptemos o no, está en serios problemas desde hace un buen rato.

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