Alinear la postura es alinear la columna
Tadasana. La pelvis, los hombros y el mentón son puntos nodales para conseguir nuestro objetivo
Continuando con el tema de la alineación en yoga y de Tadasana, la posición que más se acerca a la postura ideal en el ser humano, habría que aclarar que aunque existe un ideal general para armar las posturas de yoga, la alineación correcta también depende de las condiciones estructurales de cada uno; esto, tanto en la práctica como en la vida.
En la entrega pasada nos referimos al correcto posicionamiento de los pies y las rodillas en la postura de la Montaña; ahora corresponde el turno de hablar de la pelvis, de los hombros y del mentón.
La pelvis tiene un papel estratégico en la alineación de la columna, el órgano clave para el yoga a nivel físico y sutil. La posición correcta de la pelvis debe ser neutra, es decir en línea con rodillas y tobillos. Una forma sencilla de controlar la posición de la pelvis es mediante la contracción del bajo abdomen.
Hablando de los hombros, si bien la colocación de la pelvis determina en gran medida la curva lumbar de la columna, la colocación de los hombros determina, entre otras cosas, la curva torácica y cervical. Ni echados hacia delante ni hacia atrás. Para conseguir una postura correcta en los hombros, hay que alinear la punta del hombro con el lóbulo de la oreja.
Una forma sencilla de conseguirlo, de acuerdo al portal yoguiprincipiante.com, “es activar los brazos y los dedos abriendo las manos. De esta forma, resulta sencillo controlar la apertura de los hombros, ya que si abrimos demasiado hacia atrás, al mantener los brazos activados nos sentiremos incómodos”.
El mentón es un indicador de la posición del cuello. El trabajo en computadoras o celulares, provoca que la mirada se dirija hacia abajo. Esto produce que, poco a poco, el cuello se desplace hacia delante generando dolor cervical, de cabeza y tensión en la zona de la espalda alta.
Puede que al principio corregir la curva cervical sea complicado. Por eso, un buen hábito es mantener el mentón paralelo al suelo, al mismo tiempo que se alinean lóbulos del oído con hombros.
Otra recomendación importante es mantener una respiración completa y profunda porque desde ahí se crea conciencia de la inteligencia corporal: “Escúchate y relaja el sistema nervioso cada vez que profundices en cada asana, hazlo desde la intensidad y la entrega, también reconociendo aquello que hoy no puedes hacer, entregándote sin expectativas”, porque tal vez así, sin pensarlo, un día puedas hacerlo.
(Con información de yoguiprincipiante.com y amaraomyoga.com)